Sr. Presidente: está a punto de reunirse en una jornada de oración con Obama en Estados Unidos. Pienso que usted sabe a dónde va. No creo que le de mucha importancia a la foto, porque lo más importante es que va a hablar nada menos que con Dios. Es El, y no Obama, el que le va a conceder audiencia, y estoy seguro que estará deseando escuchar su oración. Yo me atrevo a sugerirle, a rogarle, que en esos momentos de cercanía con el Todopoderoso, le pida lo siguiente:
- Que España salga pronto de la tremenda crisis en la que estamos estancados, y le dé a su Gobierno la inteligencia necesaria para poder conseguirlo, antes de que sea tarde y nos pongamos todos a pedir limosna en las esquinas.
- Que los niños engendrados puedan nacer sin que nadie los elimine antes. Conseguiremos dos cosas: que se evite el crimen del aborto, y que España se renueve generacionalmente. De lo contrario llenaremos nuestro solar patrio de cadáveres inocentes, y nos iremos envejeciendo como pueblo. ¿Quién trabajaría entonces para que podamos cobrar pensiones dignas, aunque sea a los 67 años, o más?
- Que los matrimonios sean de verdad: un hombre y una mujer. Lo otro es otra cosa. Que no se les facilite tanto el camino hacia el fracaso y la disolución familiar.
- Que la sexualidad no sea solo una diversión, sino la expresión limpia de un amor sincero, no cerrando las puertas a la vida.
- Que el alcohol y la droga no destrocen a más jóvenes, para que podamos contar con gente responsables, en condiciones de recibir y administrar una España seria.
- Que los estudiantes estudien y respeten a sus profesores. Que reciban una auténtica educación, y no una bazofia plagada de invitaciones a la disolución de una escala de valores acordes con la dignidad de la persona.
- Que se respete de verdad la Religión, todas las Religiones, y no se haga ascos de la Católica por aversión a la Verdad que resulta molesta para algunas ideologías.
- Que no se fomente una rebeldía irresponsable entre los jóvenes, que propicie la ruptura generacional.
- Que haya más limpieza y honestidad en los medios de comunicación, en especial en la televisión, que se ha convertido en instrumento de adoctrinamiento gregario para toda la sociedad, en un escaparate de ordinarieces y payasadas.
- Que los políticos se acostumbren a decir la verdad. Que se acabe de una vez tanta corrupción, prevaricación, y negocio con los votos del pueblo, pero sin contar con el pueblo.
- Que la vida política deje de ser un juego de niños, donde todos buscan el micrófono para responder al contrario con la consabida frase: ¡Y tú más!
- Que podamos ir por la calle, por los paseos, por las plazas públicas, sin tener que mirar para otro lado, ni taparnos los oídos por la ordinariez del ambiente.
- Por los que alardean de profesar un catolicismo relativo y a la carta, para que se le aclaren las ideas y comprendan que no se puede encender una vela a Dios y otra al diablo.
- Por los pobres que cada noche se acuestan pensando que podrán dar de comer a sus hijos el día siguiente, mientras hay tantos que viven a sus anchas gozando de un puesto asegurado, y encima se quejan.
- Y por tantas cosas que usted sabe muy bien, y que por su condición de socialista le debe preocupar seriamente, más que el triunfo electoral, la popularidad, las encuestas, el aplauso, las fotos….
Muchas cosas, en verdad. Pero es momento de aprovechar la ocasión en esa audiencia con Dios, y traerse de América un poco de favor divino para una España que se muere de anemia espiritual y material.
Nosotros desde aquí nos uniremos a usted con un Padrenuestro. Es posible que se haga el milagro y, como un nuevo Pablo, caiga del caballo y descubra que la Verdad es la que realmente nos hace libres, y no al revés.
Un saludo, y que el cielo le sea favorable.
Juan García Inza
juan.garciainza@gmail.com
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