Es muy común hoy en día, entre los jóvenes el bailar y escuchar todo tipo de música y ritmos. Aunque la doctrina católica no considera pecado el bailar como algunas doctrinas de sectas o protestantes, si es cierto, que hay que poner especial cuidado con ciertos ritmos que deben considerarse inmorales por la alta carga de sensualidad en sus letras o movimientos.
¿Qué dice la Escritura y la Tradición sobre el baile?
En la Palabra de Dios podemos encontrar dos puntos de vista sobre el baile o la danza, dependiendo de la finalidad del mismo, por ejemplo, la Biblia anima a danzar y cantar para Dios en Salmo 150,4 y Salmo 149,3, 1Cor 13,8 y también enseña que existe un tiempo para todo: tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; Eclesiastés 3,4. El NT también nos enseña que existen bailes puros y sanos por ejemplo en la parábola del Hijo pródigo (Lucas 15,24-25) en la que se celebra la llegada del hijo perdido con cantos y danzas. El que Cristo ponga este ejemplo enseña que puede cantarse y bailarse por alegría, por buenos motivos, en ambiente saludable.
Pero también por otro lado nos enseña el NT que fruto del baile de la hija de Herodías, San Juan el Bautista fue decapitado (Mateo 14,6). Al parecer el baile de Salomé cautivó demasiado a su padre Herodes, que le ofreció darle todo lo que pidiera. Esto nos enseña claramente que el baile también puede ser peligroso porque lleva implícitamente la “sensualidad”.
San Agustín, es muy claro cuando condena los bailes, especifica claramente cuales son los condenables, los “frívolos”, “indecorosos” :
“Todo el mundo conoce cómo los obispos han reprimido los bailes frívolos y torpes; pero ¿qué humano podrá recordar jamás que los obispos hayan pedido a la gente que se ponga a bailar con ellos? “ San Agustin, replica a la carta de Parmeniano VI,29.
Cuando San Agustín usa la palabra frívolos para los bailes, se está refiriendo a esos bailes en lo que predomina lo sensual, lo erótico, lo impúdico.
Como claros ejemplos hoy en día estarían los ritmos como el reggaetón, la salsa "sensual", la bachata, el perreo, algunos merengues o canciones pop donde las letras tengan contenido erótico o se falte al respeto el cuerpo de la mujer, la danza árabe, etc. Pues bien, todos estos bailes son los que no serían moralmente adecuados para el católico.
¿Qué enseñan los teólogos y santos?
Cuando uno expone un tema de Teología moral como este, donde el pecado de escándalo y el de faltar a la modestia y al pudor es el que se comete, debe apoyarse en el testimonio de lo que han dicho los santos y teólogos ejemplares. Por lo tanto, aquí no podemos obviar este punto, citaré varias referencias que ayudaran a comprender mejor este tema:
SAN JOSE MARIA ESCRIVÁ:
Camino 3. Gravedad. -Deja esos meneos y carantoñas de mujerzuela o de chiquillo. -Que tu porte exterior sea reflejo de la paz y el orden de tu espíritu.
Es por eso que el porte exterior, es decir, la manera de vestir y de moverse, debe reflejar paz y orden espiritual, lo cual viene a condenar al igual que San Agustin toda frivolidad, en el vestir y también en los movimientos, esto es en bailes.
SAN FRANCISCO DE SALES:
Los juegos, los bailes, los festines, las pompas, las comedias no son esencialmente cosas malas, sino indiferentes, y pueden ejecutarse bien o mal; pero siempre son peligrosas, y aficionarse a ellas todavía lo es más Introducción a la vida devota cap 23
PADRE JORGE LORING:
El padre Loring en su obra “Para Salvarte” toca el tema del baile, y enseña lo siguiente:
“El baile moderno suelto puede ser más pasable, si se evitan los movimientos sensuales.
Por eso nuestros bailes regionales, como la jota, la sardana, el zortzico, la muñeira, etc., no tienen reparo moral alguno, y sería estupendo que se generalizaran mucho más.
Pero esos bailes de parejas abrazadas, tal como se baila hoy día, en los que un chico y una chica ponen en contacto sus cuerpos de arriba-abajo, pegados como lapas, son, por lo menos, un peligro de sentir deseos voluptuosos para todo muchacho normal.
Pero lo mejor es no bailar apretados: «que circule aire entre los dos”.
¡Cuántos pecados de pensamiento, de deseo y de obra, antes, durante y después del baile!
Para el padre Loring, es claro que el baile regional no supone problema ya que no existe contacto físico entre los que bailan “ corre el aire entre ellos dos”, mas sin embargo, los bailes modernos actuales en los que ambos sujetos están agarrados, supone pecado de pensamiento, de deseo, y también es una ocasión propicia para pecar, pues no se conserva la pureza que como cristianos estamos obligados a guardar. Es motivo este para que se publicite, propague y se de a conocer mucho más las diversiones sanas, y bailes regionales de nuestro país, que son muchos y muy variados: sevillanas, muñeiras, jotas etc. Bailes que a día de hoy han caído en el olvido.
ANTONIO ROYO MARIN- OP:
El teólogo Antonio Royo Marín en su obra “Teología moral para seglares” habla del pecado de escándalo producido por ciertas diversiones, entre ellas el baile, dice:
“El baile o la danza se ha practicado en todos los pueblos y razas desde la más remota antigüedad, y en muchas de sus formas populares o artísticas nada tiene de inmoral. Sin embargo, tal como suele ,bailarse hoy resulta en extremo peligroso y muchas veces un verdadero semillero de pecados y escándalos. He aquí las normas principales de moralidad en torno a ellos.
Iª. EN GENERAL deben desaconsejarse los bailes modernos a base de danzar abrazados, por los grandes peligros que encierran, sobre todo para los jóvenes de uno y otro sexo. Pero podrían tolerarse alguna vez si se reunieran las siguientes cuatro condiciones, bastante difíciles en la práctica: a) En locales privados y honestos; v.gr., en una casa particular, con motivo de una boda, fiesta familiar, etc., delante de los padres o personas serias y de buenas costumbres. Los bailes públicos (sobre todo en locales cerrados y estrechos) resultan mucho más peligrosos por la índole de los asistentes, la aglomeración, etc. b) Con personas decentes, que saben conducirse en todo momento con toda caballerosidad y corrección. Jamás con personas que utilizan el baile como pretexto para el abrazo disfrazado o el contacto sensual. c) De manera decente, que exige como programa mínimo la libre circulación del aire entre los dos danzantes y el uso de trajes que nada tengan de escandaloso o provocativo. d) Con buena intención, o sea, con la única finalidad de divertirse un rato honestamente.
No negamos que, aunque difíciles, estas condiciones son perfectamente posibles; en cuyo caso, sin aconsejarlos positivamente, no podrían condenarse esos bailes en nombre de la moral cristiana. Una excesiva rigidez de criterio en este punto hará mucho más daño que provecho; pues serán poquísimos los que renunciarán en absoluto al baile, y cabe el peligro de deformar su conciencia, haciéndoles creer que pecan gravemente, o de alejarles por completo de los sacramentos”.
No se tratan de afirmaciones lejanas a la realidad
A propósito de esos comentarios hechas por santos y teólogos, recuerdo una canción brasileña muy de moda entre los jóvenes en los años 90 que se bailaba muy pegado entre la pareja, que se titulaba “La Lambada”, este recibió muchas críticas negativas ya que infundían el erotismo incluso entre los niños pues en el videoclip muestran a una pareja de niños bailando extremadamente pegados. Además, algunas personas opinaron que esa canción trajo como consecuencia muchas faltas a la castidad entre la juventud de la época.
Yasmin Oré & Jesús Urones
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