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Podcast de mi programa de esta semana: como hablar con los hijos
No se si me será fiel
¿Podrá ser fiel?
El hombre y la mujer somos complementarios; de ahí la dificultad que aparece a la hora de intentar comprender al otro.
En la sexualidad tampoco somos iguales, cosa que es evidente por la simple observación, pero es que, además, lo dice la ciencia. La sexualidad femenina está regulada por distintas hormonas que la masculina. Lo cual tira por la borda todo intento de igualdad. En la sexualidad femenina todo lo que son las caricias está mucho más unido al sexo que en el hombre.
Podríamos decir que la sexualidad femenina es más madura que la del hombre, que se manifiesta como mucho más primaria. La mujer, cuando se entrega, lo hace ella como persona. En el hombre depende de su madurez. Cuanto más maduro, más se entrega como persona; cuanto más inmaduro, más fisiológica es su sexualidad.
Al hombre le cuesta y tarda en llegar a una sexualidad madura, por eso, en muchos encuentros sexuales que ocurren en nuestra sociedad, la mujer se da, en cambio, el hombre no ha entregado nada, o casi nada. El hombre es más primario que la mujer en el terreno sexual. Se excita con la vista, cosa que a la mujer no le ocurre. De ahí que muchas mujeres tengan la sensación de que su novio es muy primario y de que es incapaz de dominar ese campo de la biología humana.
Esta sensación es perfectamente lógica sin que la pareja haya tenido relaciones sexuales. Simplemente la mujer con su intuición, y por las conversaciones con el chico, percibe el tirón que le produce la sexualidad. Entonces la duda aparece acechante.
«Éste, ¿será capaz de ser fiel? Cuando nos hayamos casado y la rutina pueda aparecer, ¿no mirará hacia otro lado?».
Lo que percibe, en el fondo, es la incapacidad del hombre para dominarse, si su vida no está basada en unos valores sólidos. Ella, en cambio, sí se siente capaz de ser fiel, porque ve que para llegar a la infidelidad quizás haya que dar más pasos. A ella le basta, y no es poco, sentirse querida. Pero desconfía de su novio. Le parece una exageración la importancia que le dan al sexo los hombres.
Desde luego que el hombre puede ser fiel. Igual que la mujer. Es verdad que el sexo es un tirón fuerte, pero la libertad humana y el amor están por encima; si no se pudiese ser fiel, el hombre no sería libre. Lo que ocurre es que para ir al matrimonio con una cierta seguridad, tanto el hombre como la mujer tendrán que tener una respuesta a la pregunta ¿para qué ser fiel? Si esa pregunta no tiene una respuesta fuerte, vívida, madura, que atenace a la persona, a toda ella, dicho en una palabra, que forme parte del sentido de la vida de esa persona, lógicamente, la fidelidad se hace mucho más difícil. El no ser fiel no es sólo tener relaciones sexuales con otra persona que no es tu mujer o marido. La fidelidad está en el corazón, es no desearla, es cambiar de actitud en relación a las personas del otro sexo, porque estoy comprometido ya con una. Actualmente esto se cuida muy poco.
Si una persona no tiene una razón poderosa para ser fiel, si no cuida lo anteriormente dicho, antes o después, se presentará la ocasión y la infidelidad se producirá, al menos de pensamiento.
Si yo pudiera lo haría. ese pensamiento ya es una infidelidad