Año del Señor 2024
20 de abril
 
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
RECALCULANDO LA RUTA
 
En el inmenso cielo que se abre sobre nuestro monasterio, cada día atraviesan numerosos aviones. Ayer mismo, mientras salía a darme un paseo de 10 minutos, llegué a contar hasta 8 aviones que volaban en diferentes direcciones, dejando atrás sus largas estelas blancas.
 
Al verlos, recordé algo que había leído hacía poco y que me impresionó mucho. Un avión toma una ruta, pero en un momento del viaje, vira un poquito, por ejemplo, unos centímetros. Es una medida tan pequeña que el giro, en ese momento, casi ni se percibe. Y sin embargo, ese pequeño movimiento de ruta provocará que el avión llegue a un destino muy diferente.
 
Pienso que este “pequeño viraje” sucede en nuestra vida cuando nos hemos encontrado con el Señor. ¡Él es quien orienta nuestra vida! Porque nos hace descubrir que el verdadero sentido de la vida es conocerle, amarle y vivir ya aquí anticipadamente del cielo que Él mismo ha ganado para nosotros.
 
Por eso, nuestro “avión” recalcula su ruta y toma una dirección: el cielo. Y como dicen, “quien no tiene meta, cualquier camino le vale”. Pero nosotros sí que tenemos un aeropuerto seguro que nos espera al final de nuestro viaje.
 
Pero la verdad es que en el día a día, las turbulencias del viaje, los imprevistos, o la desorientación del GPS, nos despistan de nuestra ruta, y a veces volvemos a virar en otras direcciones. Y sin embargo, ahí está Jesús, saliendo cada día a nuestro encuentro para volver a orientarnos.
 
A lo largo de todo el evangelio podemos ver cuántas personas cambiaron su rumbo tras encontrarse con Jesús: Zaqueo, la Samaritana, los apóstoles… sus vidas cambiaron radicalmente en un primer momento, pero también ellos tuvieron que aprender a recalcular cada día su ruta. 
 
Hoy el reto del amor es soltar el control de mandos en manos del Señor. Ese es el mayor acto de confianza, dejar que sea Él quien lleve el control, quien conduzca mi vida, quien me muestre cada día por dónde he de pasar y quién me va a necesitar… ¿Listo para el despegue?
 
VIVE DE CRISTO
 
¡Feliz día!