¿Quién es Dios y Jesús para los masones?

Con el traslado de los restos de Franco la Masonería española está de fiesta. Piensan que con ese acontecimiento se quitan del corazón el sentimiento de rencor contra el que tanto los persiguió en vida. No entramos en ello. Sí recogemos la noticia que da el “País” de la gran reunión masónica que tendrá lugar el domingo en Madrid, con asistencia de masones de toda Europa, para celebrar esta “victoria”. El Presidente en funciones Sánchez parece que ha dado en el gusto a la “Organización” del “Gran Arquitecto”.

         En “Aleteia” se publica un pequeño artículo de  Marcello Stanzione | Oct 01, 2019 en el que contesta a esta pregunta: ¿Qué dicen los Masones sobre Dios y Cristo?

La visión masónica del Gran Arquitecto del Universo es irreconciliable con la persona divina de la revelación cristiana

¿Cuál es la relación entre la Masonería y Dios? ¿Y entre la Masonería y Jesús? ¿Se trata de relaciones negativas o positivas?

Ante todo, hay que decir que entre todas las reglas fundamentales de las asociaciones masónicas existe la creencia en la existencia de Dios como Gran Arquitecto del Universo. Ahora bien, el Gran Arquitecto del Universo no se identifica con el Dios-persona de los cristianos, sino que se refiere a una inteligencia divina no necesariamente distinta del cosmos y de la humanidad, o sea, es “la colectividad de estos seres individuales, considerada en su conjunto”.

La visión masónica del Gran Arquitecto del Universo es irreconciliable con el Dios-persona de la revelación cristiana.

 

Así, para la Masonería, Jesús no es Dios, sino más bien un personaje más de la larga historia de los iniciados que trazaron el camino que la humanidad debe seguir para alcanzar su progresiva emancipación y encontrar su dignidad.

El masón Guido Francocci, en su libro La Masonería, en sus valores históricos e ideales, escribe:

“Rama, Zaratustra, Krishna, Buda, Hermes, Orfeo, Pitágoras, Platón, Lao Tse, Confucio, Moisés, Jesús, Mahoma dieron su palabra al mundo tomándola de las enseñanzas iniciáticas de los más remotos misterios”.

Como puede verse, para la doctrina masónica Cristo es considerado solo un gran iniciado, a la altura de Moisés o incluso a la altura de una figura mitológica como la de Orfeo.

Por tanto, los masones no reconocen la realidad de la encarnación de la segunda Persona de la Trinidad hecha hombre en un acontecimiento único, irrepetible, histórico y real.

De nuevo, uno de los fines últimos de la Masonería es la construcción del templo de la humanidad convirtiéndose ellos mismos en templos vivos. Brunelli, en su obra anteriormente citada, escribe:

“El trabajo del masón es doble y ninguno de los dos aspectos puede ponerse en segundo plano. Tiene que realizar un trabajo individual esotérico y contemporáneamente esotérico … dando por supuesto que el trabajo individual es la conditio sine qua non no sólo para permanecer en la Masonería, sino incluso para ser considerado masón”.

            Sobre este tema abunda la literatura. Autores como Manuel Guerra, Ricardo de la Cierva, etc. Fundamentan muy bien el tema. Ha habido, y seguramente habrá, clérigos  de distintas dignidades que pertenecen a la Masonería. Puede que estén de buena fe, pero están de ese modo al margen de la FE cristiana. La Iglesia siempre lo ha dejado bien claro, pero algunos se empeñan en navegar entre dos aguas. Al final es la barca la que zozobra. ¿Quién hay detrás de esta apostasía tan generalizada que estamos contemplando? Sin duda el demonio que tiene una enorme capacidad de engañar a los ingenuos.

Juan García Inza