Año del Señor 2021
30 de agosto
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
DESDE DENTRO
El otro día estaba preparando un bizcocho para desayunar. Era una receta nueva, así que, cuando fui a echar la masa en el molde, ¡¡descubrí que me sobraba un montón!!
Justo entonces tuve una brillante idea: ¡¡usar moldes de muffins!! Bien colocadito todo en la bandeja de horno, ¡y no desaprovecharía ni una gota de masa!
Lo cierto es que yo ya me estaba relamiendo pensando en mis magdalenas gigantes, viéndolas crecer cual montañas, tan esponjosas…
Pero no. La realidad fue que, en vez de montañas, salieron reproducciones en miniatura de la meseta castellana. Aquello no subió lo más mínimo.
Admito que no pude evitar sonreír: evidentemente, no es el molde lo que define al bollo, ¡sino la masa! Aunque cambies el molde, si la masa es de bizcocho, se comportará como un bizcocho… ¡¡no como una magdalena!!
¡¡Cuánto he podido orar con esto!! Sí, porque es muy fácil pensar que tienen que cambiar las circunstancias para que podamos cambiar nosotros. Y, sin embargo, por mucho que cambie lo exterior, ¡seguimos siendo los mismos! Nuestros dones y debilidades nos acompañan, ¡aunque nuestra vida dé un giro radical!
El verdadero cambio no depende del molde… sino de la masa. Por eso Cristo quiere trabajar tu corazón. En tus mismas circunstancias, con las mismas personas… quiere hacer de ti una criatura nueva. Y ese es el verdadero cambio: el que nace desde dentro.
Solo el amor de Cristo puede hacer que tu corazón se vuelva esponjoso para acoger a los demás, solo Él puede dar ese punto de azúcar que te llene de alegría…
Lo que sucede es que al Señor le gusta obrar poco a poco. Él mismo habla del Reino como “la más pequeña de las semillas, pero que, cuando crece, se convierte en un árbol… y los pájaros anidan en sus ramas”.
¡Contigo hará lo mismo! Si te pones en Sus manos, trabajará tu masa poco a poco, ¡y un día descubrirás que estás en el molde perfecto!
Hoy el reto del amor es pedirle al Señor… ¡que te vaya cambiando! Te invito a que le pidas poder contemplar tu realidad con Su mirada, con Su amor. A lo largo de la jornada, mira a tres personas descubriendo en ellas hijos de Dios, ¡y pídele ver al menos una cualidad en ellas! Sin que cambie nada, todo será nuevo. Y, al llegar la noche, ¡notarás tu corazón mucho más esponjoso! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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