La serie que he publicado sobre 1909 y, especialmente en el último en el que mostraba unas momias sacadas de las capuchinas de Barcelona me han llevado a aclarar que, eso pasó en el verano aciago de 1909. Pero estas otras fotos no corresponden a 1909 sino a 1936. Así que cierro el tema con este último artículo.
El fotógrafo Antoni Campañà hizo más de seis mil fotografías en los días de la guerra civil pero decidió esconderlas en cajas que sus herederos encontraron en 2018 cuando iban a vender la casa familiar. Sobre estas líneas, dos ciudadanos observan con detalle las momias de las monjas expuestas de la iglesia y convento de las Salesas del paseo de San Juan de Barcelona, en julio de 1936. Abajo, una niña con su padre... Son las que se conservan con mejor calidad.
LOS SUCESOS
La iglesia y convento de la Orden de la Visitación de Santa María, llamadas popularmente Salesas, está situado en el paseo de San Juan de Barcelona, entre las calles de Valencia y de Aragón. Fue proyectado por Joan Martorell i Montells, siendo considerada su obra más importante.
En 1909, durante la Semana Trágica, la iglesia y el convento fueron muy dañados. En julio de 1936 la iglesia y el convento fueron incendiados, y se desenterraron los cuerpos momificados de algunas monjas, que fueron sacrílegamente expuestos en la puerta. Según los relatos durante los primeros días de la Guerra Civil, la Iglesia de las salesas fue asaltada y se profanaron las tumbas de las monjas que estaban allí enterradas, al ser un monasterio de clausura.
Los cadáveres momificados fueron expuestos a la puerta durante unos días y miles de ciudadanos de la ciudad visitaban atónitos la escena. En realidad, sólo una estaba momificada. Parecía una estatua. Se trataba de una monja joven. Las otras eran cuerpos en diferentes estados de putrefacción.
Como ya recogimos en esta entrada de:
Las iglesias de Barcelona en llamas - ReL (religionenlibertad.com)
En el minuto 3:28 se dice esto: En este convento de las salesas se hallaron momias de monjas y frailes, martirizados por los mismos religiosos. La vista de esas momias retorcidas, violentadas por la tortura, levantó clamores de indignación popular. La Iglesia católica, en este y otros hechos, ha dejado al desnudo su alma podrida, ha deshecho en unas horas la mentira fabulosa de veinte siglos. Esos cadáveres, petrificados en sus ataúdes, constituyen la diatriba más áspera que se ha lanzado jamás contra el catolicismo.
Las fotos evidencias la falsedad de lo narrado. Son cuerpos en descomposición que mostrados macabramente pueden dar sensación de lo que ellos quieran. Con las manos juntas en oración, o los brazos cruzados... en fin.
Varias veces hemos hablado en el blog de Pedro G. Romero, cuyo trabajo se centra en el análisis de la iconografía y de los iconoclasta modernos. Desde 1999, y en años sucesivos articula su trabajo en el Archivo F.X., dedicado a la iconoclasia. Aludimos pues a este sugerente entrada: FEKS. La fábrica del Actor Excéntrico (fxysudoble.org)
No lejos de la Sagrada Familia, en el paseo de San Juan, fueron destruidos el convento e iglesia de las Salesas, una de las más acabadas construcciones del arquitecto Martorell y una de las mejores y más completas obras en su género de cuantas se han realizado en los últimos años […]. Aquí la profanación del cementerio conventual alcanza caracteres horrendos: las momias de las religiosas fueron sacadas de las tumbas y exhibidas en la fachada principal de la iglesia. Tan macabra exposición constituyó el espectáculo de más atracción y de más regocijo en aquellos días en que Barcelona estaba enloquecida de sangre y llamas. Era un desfile interminable de gentes de la más variada condición: milicianos, guardias, menestrales, obreros, padres con su prole y mujeres, muchas mujeres, que acudían a contemplar las momias y esqueletos con la avidez y curiosidad con que se admira a las fieras del parque zoológico. Y el desfile transcurría entre bromas infames, mofas cínicas, diálogos picantes, y los espectadores rompían en carcajadas cuando algún desalmado, afinando su perversión, se permitía una obscenidad con las momias o colocaba un cigarrillo entre las mandíbulas de una calavera. Un guardia urbano mantenía el «orden». En el muro de la verja, junto a la puerta por donde los curiosos iban pasando, había un letrero pintado con letras blancas: “Para visitar las momias”. Y una flecha indicaba la dirección.
Publicadas en Francia las dos fotos, sobre estas líneas, pertenecen a las salesas, no a las carmelitas, como pone el texto.