El Papa Francisco ha hecho pública su Exhortación Apostólica Postsinodal, a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios, con el titulo "Vive Cristo", tras la celebración del Sínodo dedicado a la juventud, en octubre de 2018. ¡Cuántos y que hermosos mensajes, sugerencias, iniciativas, horizontes, latidos y abrazos! Todo es bello en esta Carta a los jóvenes: su cercanía, su lenguaje, su aroma, su anhelo de llegar al corazón de todo el mundo. El documento repasa las posibilidades y dificultades de los jóvenes de hoy, y les alienta a volar alto. Ante los retos, Francisco comienza dando seguridades a sus destinatarios: "Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar". A modo de decálogo urgente, escogería sus frases más luminosas, más esperanzadas, sus mensajes más bellos.
Primero: "Todo lo que Jesús toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida".
Segundo: "Un joven no puede estar desanimado, lo suyo es soñar cosas grandes, buscar horizontes amplios, atreverse a más, querer comerse el mundo, ser capaz de aceptar propuestas desafiantes y desear aportar lo mejor de sí para construir algo mejor".
Tercero: "El Señor nos llama a encender estrellas en la noche de otros jóvenes, nos invita a mirar los verdaderos astros, esos signos tan variados que Él nos da para que no nos quedemos quietos, sino que imitemos al sembrador que miraba las estrellas para poder arar el campo".
Cuarto: "Ser joven, más que una edad es un estado del corazón. De ahí que una institución tan antigua como la Iglesia pueda renovarse y volver a ser joven en diversas etapas de su larguísima historia".
Quinto: "En el corazón de la Iglesia resplandece María. Ella es el gran modelo para una Iglesia joven que quiere seguir a Cristo con frescura y docilidad. ¡María se la jugó y por eso es fuerte, por eso es una influencer, es la influencer de Dios!".
Sexto: "En los jóvenes también están los golpes, los fracasos, los recuerdos tristes clavados en el alma. Muchas veces son las heridas de las derrotas de la propia historia, de los deseos frustrados, de las discriminaciones e injusticias sufridas, de no haberse sentido amados o reconocidos".
Séptimo: "No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más porque tu ser importa más que cualquier cosa".
Octavo: "Necesitas reconocer algo fundamental: Ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos".
Noveno: "Si eres joven en edad, pero te sientes débil, cansado o desilusionado, pídele a Jesús que te renueve. Con Él no falta la esperanza".
Décimo: "Tiempo atrás, un amigo me preguntó qué veo en un joven, y mi respuesta fue que "veo un chico o una chica que busca su propio camino, que quiere volar con los pies, que se asoma al mundo y mira el horizonte con los ojos llenos de esperanza, llenos de futuro y también de ilusiones. Siempre mirando hacia adelante. Hablar de jóvenes significa hablar de promesas, y significa hablar de alegría". ¡Genial, insuperable, espléndida la Carta de Francisco a los jóvenes!