Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

EVANGELIO

 

Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

Palabra del Señor.

Corrección con delicadeza.

Siempre que he corregido con dulzura, he conseguido lo que pretendía (San Vicente de Paúl).
Para que una reprensión lleve fruto es menester que cueste hacerla, y no tener sombra de pasión en el corazón (Santa TERESA DE LISIEUX).
El modo de corregir no será la impaciencia, sino la vigilancia y el buen ejemplo (San JUAN B. DE LA SALLE).
Nunca reprendas a nadie sin discreción y humildad, ni confusión propia (Santa TERESA DE JESÚS).

Cuatro características necesarias para una buena corrección: dulzura, sin sobra de pasión, con paciencia y bien ejemplo, con humildad y propia sospecha.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Jaime: Esposa, creo que te he corregido tantas veces mal, que ahora no estás abierta a mis correcciones, y lo entiendo.

Teresa: Bueno, también es verdad que mi orgullo está latente y eso hace que no esté abierta a recibirlas. Pero es cierto que cuando me corriges movido por tos pasiones, estoy menos abierta a acogerlas porque no me fío de tu criterio en ese estado.

Jaime: Te pido perdón por ello, y me comprometo a no volver a hacerlo. ¿Vale?

Teresa: Te lo agradezco, porque yo quiero realmente hacer la voluntad de Dios y para ello necesito de tu ayuda.

Madre, 

Que nos corrijamos con caridad para ayudarnos mutuamente a llegar a estar en ti. Alabado sea Dios que nos hace instrumentos Suyos para el amor.