EVANGELIO
Yo soy la puerta de las ovejas.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
Palabra del Señor.
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Dos condiciones.
¿Qué mejor noticia que ser conducido por Ti, Señor? Señor, en este Evangelio, para comprometerte a ser Tú mi Pastor, me enseñas que necesitas de mí dos cosas: Un compromiso de fidelidad, es decir, que no actuaré por mi cuenta y construir una relación de confianza contigo, es decir, que construya y mantenga una relación íntima contigo que me permita distinguir tu voz de otras voces que me distraen de mi vocación.
Lo importante es que si caigo, en seguida oiga Tu voz para poder levantarme y seguirte. No son mis méritos y tirar por donde yo creo, son las mociones de Tu Espíritu Santo las que construyen santos.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Almudena: Estoy desconcertada. Parece que no avanzo y no sé por dónde seguir. Analizo mis caídas, las veces que te ofendo y de verdad que no soy consciente de ellas. Y al contrario, me parece que lo tuyo hacia mí sí que son ofensas y entonces eres tú el que no las ves. No entiendo nada y no sé cómo avanzar.
Luis: Yo tampoco. Yo estoy seguro de que no hago ni digo nada que pueda ofenderte y en seguida te sientes ofendida. Y tú no entiendes que yo no vea que te hago daño.
Matrimonio Tutor: Perdonad que intervengamos. Si os seguís mirando a vosotros mismos y el uno al otro, aplicando vuestros criterios, estáis perdidos. Creemos que esto es una estrategia del demonio para que no estéis centrados en el Señor. Nuestra recomendación es que os riais de esta situación por vuestra torpeza, por vuestra fragilidad, y que centréis vuestras miradas en el Señor. Ya veréis como Él se encarga de desliar este embrollo.
(Y así ocurrió. Almudena y Luis dejaron de darle vueltas a cada situación en la que se sentían ofendidos y simplemente le pidieron al Señor que es encargase Él de resolver todo aquello. Milagrosamente el panorama se fue despejando y el ambiente se fue relajando. El Señor les devolvió la luz que habían perdido).
Madre,
No queremos salirnos del rebaño, queremos morir siendo fieles a nuestra Iglesia, de la que Tú eres Madre. Siendo cosa Tuya y del Señor, estamos tranquilos y vamos confiados. Es un gusto sentirnos arropados por Ella. Bendita Iglesia.