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Noviazgo, dificultad de encontrar y sexo
Estamos en una época en la que sociológicamente están
pasando algunas cosas que parecen nuevas en la sociedad, o al menos, hacía muchas generaciones
que no pasaban.
Una de las que más llama la atención es que hay mucha
gente que, teniendo el deseo de casarse con una persona
normal, no la encuentra.
Hay tal desconcierto social en lo que es el amor, que
es difícil que dos personas sin la formación adecuada, coincidan en sus
perspectivas de futuro.
No es fácil que se coincida en valores, en un concepto verdadero
de lo que es la fidelidad, en una visión acorde con la persona en
relación a lo que es la sexualidad.
La situación ha llegado a tal extremo, que mucha
gente está bajando su nivel de exigencia, pensando que así
será más fácil. Es un error.
Como sabemos están llenando las consultas muchas personas ante
el fracaso. Dicen que no se casaron enamoradas o que se casaron muy enamoradas.
La realidad es más confusa.
Por otra parte, hoy en día, muchas personas aceptan
que van a tener varias parejas en su vida. Es lo mismo que
aceptar que no van a ser queridas.
En realidad, el problema de fondo, además del ya dicho de la falta de conocimiento de lo que en verdad es el amor, es que la sexualidad se está viviendo de una forma que impide querer.
Cuando en una relación de pareja, de noviazgo, hay una focalización en la sexualidad,
empiezan a difuminarse términos como amor, fidelidad, lealtad y otros muchos que son necesarios para que el amor vaya creciendo. Como me dijo una oyente por la radio, a medida que el sexo aumenta el amor se hace mas difícil. Cuando dos personas se están conociendo para ver si pueden compartir la vida, el sexo no es que no aporte nada, es que desvía del propósito principal que es conocer al otro como persona.
Para casarse y establecer una relación duradera hace falta tiempo, reposo, conocimiento del
otro, conocer que valores tiene la persona con la que queremos
jugarnos la vida.
Cuando el sexo aparece en un noviazgo, se crea tal desorden en el individuo que hace que los valores propios vayan desapareciendo y que los ajenos se difuminen. El sexo obsesiona la relación
La capacidad de conocerse se hace cada vez menos probable,
la lucha por adquirir valores pierde sentido.
Vivimos en una sociedad focalizada en lo sexual,
donde, efectivamente, es difícil encontrar a alguien que merezca la pena, pero la solución
no es bajar el listón, sino seguir buscando.
Si uno no encuentra lo que busca, no comprometerse, lo demás
es una imprudencia. No olvidemos que al final se vive con
los valores del otro.
contreras@jmcontreras.es