Fray Cristiano García, O.Carm. [sobre estas líneas] como ya informamos tuvo su ponencia en las pasadas Jornadas Martiriales sobre Los padres carmelitas Anastasio M. Dorca y Eliseo M. Maneus. Ambos fueron beatificados en 2007. Ya escribimos sobre ellos.

2 de la madrugada del 29 de julio, a dos km de Cervera - ReL (religionenlibertad.com)

Pero el asombro fue cuando empezó a mostrarnos las fotografías de cómo solemnemente en Brasil se celebra al beato Eliseo Maneus. Hemos esperado a ver las fotos de este año. La fiesta en Brasil como en España el 6 de noviembre.

Pero, ¿quién es el BEATO ELISEO MARÍA MANEUS y por qué se celebra en Brasil?

Eliseo nació en San Mateo, Castellón, el 15 de diciembre de 1896, en el seno de una familia cristiana y fue educado en la fe desde muy joven. Tuvo tres tíos sacerdotes, uno de ellos diocesano, don Vicente Besalduch, y los otros dos religiosos carmelitas, fray Simón Besalduch, que destacó por ser un gran escritor de la espiritualidad carmelita, y fray Elías María Besalduch, conocido por su vida de devoción y piedad. Cuando aún tenía un año, sus padres se trasladaron a Barcelona, dejando a su hijo Eliseo a los cuidados de su abuela y de una tía llamada Tomasa.

Su familia le ayudó a desarrollar su vocación a la vida consagrada desde muy temprano, primero como monaguillo en la parroquia de su tío y luego, a los trece años, con una sólida formación religiosa en el colegio salesiano de la calle Rocafort en Barcelona, donde se fue a vivir con sus padres en 1909. Probablemente la presencia familiar de sus tíos, fervorosos carmelitas, influyeron en la elección del Carmelo por parte de Eliseo. Aunque fue invitado por su tío Vicente a ingresar en el Seminario de Tortosa, ya tenía clara su elección y un día dijo:

-Gracias tío, pero a mí quien me llama es la Virgen del Carmen y quiero consagrarme a ella para toda la vida[1].

A partir de este sentimiento vocacional, ingresó en el seminario carmelita de Olot, en Gerona, a los 14 años. En el convento de Onda hizo el noviciado, tomando el hábito carmelita el 7 de septiembre de 1914 y profesando el 14 de septiembre de 1915. Se ordenó sacerdote en Orihuela el 6 de enero de 1921.

Pero, ¿qué se puede decir de su personalidad?

Al igual que el profeta Elías, podemos decir que fue reconocido como un hombre de Dios. Sus virtudes fueron señaladas por todos los que convivieron con él y por los que recibieron sus solicitadas orientaciones espirituales. En el Carmelo era conocido como el buen religioso por sus cualidades de seriedad, madurez, amor al trabajo, espíritu de fe, celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas, devoción a la Virgen María y amor a la Orden[2].

Según los testimonios de sus hermanos de orden sobre su vida conventual, fray Eliseo se mostraba siempre dispuesto a una excelente conducta, una fuerte espiritualidad, piedad, amor a la Eucaristía y devoción a la Virgen María. También se caracterizó por su voluntad de servicio, a pesar de que tenía una salud frágil. Se destacó por su apertura al servicio del Señor en la labor misionera y su vida espiritual, que atrajo a muchas personas a recibir su dirección espiritual. Algunos meses después de ser ordenado sacerdote se ofreció de libre voluntad para la misión de restauración de la Provincia Carmelita de Pernambuco, en Brasil.

Al llegar a Brasil, inició un gran trabajo misionero que duró 12 años y dejó muchas huellas positivas en la vida del Carmelo y de todas las personas que acudieron a recibir su ayuda como religioso y sacerdote carmelita. En tierras brasileñas hizo todo para que se cumpliera siempre su lema: "extender hasta las fronteras el amor de mi Rey Jesús y de mi Reina, la Virgen Inmaculada del Carmelo[3]". Y siempre repitió su principal objetivo de su misión: "Rebañar una pléyade de almas generosas dedicadas al amor e ávidas por una vida espiritual [4]".

Su vida, profundamente sumergida en la misión entre el pueblo de Dios, estuvo impregnada de mística, fruto de la espiritualidad carmelita, que vivió y bebió como una fuente espiritual. Pronto se le encomendó el trabajo relacionado con la formación inicial de la Orden, haciéndose cargo del marianato y luego del noviciado de la Provincia de Pernambuco. Pero su ámbito de trabajo era mucho más amplio, extendiéndose a las múltiples actividades y responsabilidades pastorales asumidas por los carmelitas. Es en este punto pastoral donde se nota con mayor intensidad su labor social y caritativa hasta el punto de ser llamado por los fieles de "padre santo" en Brasil y "el padre bueno" en Barcelona y Tárrega.

A pesar de sus problemas de salud, nunca se retiró del trabajo, especialmente cuando era para el bien y la mayor edificación de la gente. Su celo apostólico aún se recuerda en los lugares por los que pasó durante su ministerio, mediante crónicas o relatos que van desde su intensa actividad pastoral hasta su preocupación social por los pobres. Tanto en los conventos de Goiana, donde fue párroco y maestro de marianos, como en el de Recife, donde fue maestro de novicios, o en el de Gameleira, en el interior de Pernambuco, donde fue párroco, se distinguió por su vida de oración y de bondad con todos, especialmente con los más necesitados de ayuda y consuelo espiritual.

Hoy en esta misma parroquia, su memoria suscita una importante devoción en el pueblo de la ciudad, que cada año hacen una peregrinación hasta una montaña donde colocaron una grande imagen suya. La diócesis de Palmares, donde está situada dicha parroquia, lo declaró patrono de un arciprestazgo de la diócesis. Ojalá este sea un importante paso para aumentar la devoción al beato en camino de su canonización.

Bajo estas líneas las fotos de este año.

[Monseñor Fernando Barbosa, CM, obispo de Palmares (Brasil) presidió la celebración]

Fray José María Casanova (1881-1963), que fue también su formador en el marianato y maestro de novicios, escribió sobre el fray Eliseo diciendo:

"Era un apóstol en la fe y en la dedicación al ministerio: horas y horas en el confesionario, así como siempre dispuesto a atender cualquier llamada a los enfermos, sea cual sea su estado... Parecía que tenía un don especial para dirigir a las almas y entusiasmarlas a seguir la vida interior, una vida de fe y de sacrificio, inculcando a sus dirigidos un ardiente amor a la Eucaristía, a la Santísima Virgen y a San José; sus devociones tan especiales y particulares, sobre todo el título o la invocación de la Purísima Concepción[7]".

En las palabras de fray Casanova, podemos resumir toda la labor misionera del beato Eliseo Maneus. Su vida fue un reflejo de su vida interior, como hombre de oración y de acción, entregado a Dios y dedicado al prójimo. Además de su amor por el trabajo y la oración, era conocido por su celo en el seguimiento de la Regla y las Constituciones, así como por la difusión de la espiritualidad carmelita. Sin duda sus cualidades eran indispensables para ocupar una función en las principales áreas de la formación carmelita que es la formación inicial, siendo maestro de marianos, novicios y coristas (simples profesos), tanto en Brasil como en España.

Después de 12 años dedicados a una intensa labor misionero en el Carmelo brasileño y con su salud cada vez más frágil, por obediencia a sus superiores decidió volver a España para recibir tratamiento, pensando que sería algo temporal. La misión en Brasil, especialmente entre las comunidades más pobres, como en Gameleira, fue una verdadera experiencia del sentido de la vocación y donde se realizó totalmente en la vida religiosa, sacerdotal y misionera. En sus actividades fue notable en el apostolado, en la catequesis, como director espiritual de la Tercera Orden y como fraile ejemplar en la vida comunitaria.

[Monumento del beato Eliseo en Gameleira que fue bendecido en 2019]

Ya en España, los médicos no le aconsejaron volver a Brasil debido a su situación de salud. Mal sabía él que su vida pronto se convertiría, en su propio país, en una entrega total a Jesús Crucificado, cuya devoción expresaba con gran piedad, llevando un crucifijo en el pecho, dentro de su hábito, que nunca quitaba.

A su regreso a España, en 1932, se fue a vivir en convento de Barcelona y en 1934 fue a Tárrega para trabajar como maestro de novicios y de coristas (simples profesos). Sus hermanos decían que su celo y su piedad seguían siendo los mismos, así como su amor al trabajo y a la salvación de las almas. La cruz a la que tenía una especial devoción se hacía más real a medida que hacía de su vida una entrega a los hermanos. Dijo fray Casanova, a quien ya hemos escuchado, y que en la época estaba en Brasil como provincial de la Provincia de Pernambuco: “Cosa particular siempre me decía que gustaría ser un mártir, y continuo alimentando su ideal vivo deseo aquí en Brasil [8]”.  En sus predicaciones siempre afirmaba: “Esta es mi constante petición: amor, amor, amor[9]”.

María Augusta Besas Costa, colaboradora y dirigida de fray Eliseo Maneus, hizo su testimonio diciendo: "Me contó que cuando lo enviaron a Brasil, hizo tres peticiones a Nuestra Madre del Carmelo: volver a ver a su madre, asistirla en la hora de su muerte y morir mártir.[10]De hecho, todas sus peticiones se cumplieron y, en la madrugada del 29 de julio de 1936, dio su vida por Cristo.

 

[1] MELÚS, Dieron razón de su fe, 86.

[2] Cf.  Cf. BESALDUCH, Nuestros Mártires, 393.

[3] MELÚS, Dieron razón de su fe, 93.

[4] Idem.

[5] BESALDUCH, Nuestros mártires,394.

[6] BESALDUCH, Nuestros mártires, 395.

[7] MELÚS, Dieron razón de su fe, 91.

[8] MELÚS, Dieron Razón de su fe, 95.

[9] COLLDECARRERA, Màrtirs carmelites de Catalunya del s. XX, 16.

[10] MELÚS, Dieron Razón de su fe,  90.