Año del Señor 2018
10 de mayo  

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

CUATRO OJOS VEN MÁS QUE DOS 

¡Vaya semana que llevo! No una, ni dos, ni tres veces me ha pasado que estoy buscando algo en el sitio correcto pero... no doy con ello. 

El domingo, Lety me dijo que si le podía leer una frase que ella misma había escrito a mano en unos papeles. Yo, por más que daba vueltas a los papeles, no encontraba nada escrito a mano. 

-En la portada -me especificó. 

Pero yo seguía sin encontrarlo. Al final me fui con los papeles para ver si lo encontraba ella. Y, nada más dárselos... allí estaba el papel, como por arte de magia. 

Dos días después, me senté al ordenador a continuar con un trabajo que una semana antes había guardado yo misma. 

“Vaya, el documento no está en esta carpeta”, pensaba para mis adentros, “En esta tampoco... ¡qué raro!, pero no puede haber desaparecido...”

Hasta que, finalmente, antes de desesperarme, pedí ayuda a una hermana, convencida de que cuatro ojos ven más que dos, y que seguramente lo tenía delante, pero no lo veía. 

Y, efectivamente, al instante lo encontró. 

Sin ir más lejos, ayer mismo, cuando estábamos en la cocina, abrí el armario de las sartenes buscando una en concreto. Miré por aquí, por allá...  nada, no había manera de dar con la que andaba buscando. Al final, ya un poco resignada, me decidí a coger otra, y fue al levantar esa cuando... ¡allí estaba! ¡Pero si me parecía que la había buscado por todo el armario...!

Me entró la risa al pensar que yo, porque no tengo gafas, que si no, sería de esas personas que se ponen a buscar las gafas como locas hasta que alguien les dice “las llevas en la cabeza”. 

Y es que con el Señor muchas veces nos sucede lo mismo: parece que aun teniendo la experiencia de que siempre está con nosotros, hay veces que no sabemos verle con facilidad. Él siempre permanece a nuestro lado; son nuestros ojos los que no siempre saben verle vivo y real, actuando en nuestra vida. 

Por ello, el Señor te regala dos cosas: En primer lugar, nos da la certeza de saber que Él siempre está contigo (“Yo estoy con vosotros todos los días”, Mt 28, 20), y, a su vez, esa certeza te hace saber que, si buscas al Señor en tu día a día, en tus cosas, estás buscando en el sitio correcto. Por otro lado, también nos regala a los hermanos, que muchas veces son los que nos ayudan a verLe. 

Hoy el reto del amor es buscar al Señor en tu día. Él no se esconde, Él siempre está, por ello, pídele unos ojos nuevos para poder descubrirLe a tu lado. Pero, si no Le ves en aquello que te preocupa o que te tiene atareado, no te compliques: compártelo con alguien que sepas que te puede ayudar. Sus palabras te recordarán cómo Cristo te ama, y descubrirás de nuevo que Él siempre está. 

VIVE DE CRISTO


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¡Feliz día!
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