- La magia
- El destino
- El karma
- La "ciencia"
- El "yo-creo-lo-que-toco-y-veo"
- El universo infinito, el multiverso...
- Etc.
Es decir, yo soy un pobre ignorante anclado en el pasado, que todavía necesita de la religión para poder dar algún sentido a mi vida. Vamos, que casi puedo oírles pensando de mí: “Qué lástima, con lo inteligente que parece…”.
Ya lo dijo Chesterton: cuando uno no cree en Dios cree en cualquier cosa. Por eso el mundo no se divide en creyentes y no creyentes, sino en creyentes y crédulos.
Y digo crédulos intencionadamente, porque no se trata de creer en cualquier cosa sino en aquello que sea más razonable para dar respuesta a las grandes preguntas: ¿quién o qué nos ha creado?, ¿para qué lo ha hecho? ¿Cuál es nuestro destino?...
La respuesta más razonable sin duda es: un Ser superior, creador de todas las cosas.
Todo lo demás es credulidad. Chesterton lo vio claro.