Para quienes sufren, lloran, están enfermos, viven en la congoja, en la depresión o en horas bajas, difíciles… hay una oración escrita por san Ambrosio que puede ayudarnos. Se recitó en el 33 aniversario de la muerte del papa Luciani, en la misa que se celebró en la basílica del santo, el 28 de septiembre de 2011:
“¡Ven Señor Jesús! / ¡Ven hacia mí!... / ¡Búscame!... / ¡Encuéntrame!... / ¡Tómame!... / ¡Llévame!...”
En el prefacio de la misa de Cristo Rey se nos promete:“¡El Reino de la Verdad y de la Vida!
¡El Reino de la Santidad y de la Gracia!
¡El Reino de la Justicia, del Amor y de la Paz!”
San Ignacio de Antioquía llamaba a los cristianos: Crisróforos, que es igual a Portadores de Cristo.
Los paganos llevaban en andas a sus divinidades, pero los cristianos portan a Cristo en sus vidas.
San Agustín, amigo y discípulo de san Ambrosio, nos enseña:
-“Cristiano, en tu nave duerme Cristo. Confía plenamente en Él. Despiértalo...Invócalo... que Él increpará a la tempestad -el peligro, la congoja, la tribulación, el miedo- y se hará la calma.”
San Juan de la Cruz escribía:”Porque esperanza del Cielo -el Reino- / tanto alcanza... / cuanto espera”.