La idea de Pésaj, protección Divina, representa lo que HaShem (El Eterno) hizo por nosotros. También la Matsá (el pan ácimo) simboliza lo que hicimos nosotros, los Yehudim, para merecer nuestra libertad. Y hoy hablaremos del Maror, que representa lo que hicieron los egipcios con nosotros durante nuestra estadía en su país.
En un pasaje fundamental que leemos en la Hagadá de Pésaj, Debarim (Deuteronomio) capitulo 26, la Torá describe el método del Faraón para su solución final: exterminar a los judíos. Antes de dar la orden de matar a los niños judíos, el Faraón diseñó un plan de tres pasos: ( וירעו אותנו המצרים ויענונו)
1.Demonización y difamación de los judíos. 2. Tomar el dinero de los judíos, con “impuestos” a los extranjeros. 3. Esclavizar a los judíos.
Hoy nos referiremos solo a la primera parte de este plan: la difamación antisemita.
CAMBIO DE GOBIERNO
Un tiempo después de la muerte de Yosef, hubo un cambio de gobierno en Egipto, una nueva dinastía de faraones, que tomó o recuperó el gobierno por la fuerza. El nuevo Faraón, como siempre pasa en la política, se enemistó con los amigos del gobierno anterior, en este caso, nosotros: el pueblo de Israel. Para justificar esta enemistad, el Faraón tuvo que reescribir la historia (revisionismo) y hacer una gran propaganda de demonización anti-judía. El nuevo Faraón tuvo que invertir mucho esfuerzo en su campaña de difamación. Ya que en el pasado reciente fue Yosef, un miembro del pueblo hebreo, quien había salvado a Egipto de una tremenda hambruna. Y al final en Faraón lo logró: los judíos fuimos caracterizados como abusadores, xenófobos y traidores.
La Torá, muy brevemente pero con una escalofriante precisión describe el discurso del Faraón. Lo escalofriante es que, de alguna increíble manera, este discurso y sus argumentos siguen siendo el repertorio habitual de los antisemitas modernos.
Veamos:
Exodo 1: (9) “y [el Faraón] le dijo a su pueblo: “Miren, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros.
DEMAGOGIA
El Faraón le dijo a ‘su’ pueblo. Nótese que el Faraón NO se dirige a su corte, a su congreso o a su gabinete, como lo hace en otras ocasiones. En este discurso el Faraón le habla directamente al pueblo (por cadena nacional:), ya que necesita cambiar la opinión de su gente sobre los judíos. El efecto de un discurso directo es altamente beneficioso para su propaganda.
XENOFOBOS
El Faraón le dijo a ‘su’ pueblo. He aquí ‘un’ pueblo, los hijos de Israel. Si bien los judíos vivíamos en Goshen y seguíamos nuestras propias tradiciones, eso no nos hacia elitistas ni desleales a Egipto. El Faraón, sin embargo, toma cínicamente esta característica de los judíos (probablemente enfatizando la endogamia) para afirmar que los judíos NO son parte del pueblo egipcio, difamándolos y caracterizándolos como xenófobos y cerrados.
DEMASIADOS JUDIOS
Luego el Faraón dice que éramos muchos. “Son más que nosotros”, miente el faraón. Los antisemitas modernos también exageran deliberadamente el número de judíos para prevenir al mundo sobre nosotros. La única vez que se minimiza el número de judíos es cuando los judíos somos las víctimas. “En la Shoá sólo murieron 1 million de judíos, lo demás es propaganda judía”, dicen por ejemplo los antisemitas contemporáneos, en lugar de reconocer que fuimos asesinados más de seis millones de judíos por el mero hecho de ser judíos.
PODEROSOS y RICOS
Luego el Faraón caracteriza a los judíos como poderosos y ricos. Y repite la mantra antisemita: los judíos son más ricos que nosotros. Pero hay que ver esta expresión con un poco más de profundidad y entender, sin alejarnos de la semántica hebrea, que el Faraón no está diciendo únicamente que los judíos son ricos. El Faraón dice: “son ricos por nosotros”, es decir: los judíos se hicieron ricos ¡quitándonos nuestro dinero! (ממנו). Este discurso del Faraón tiene que haber sido la inspiración de “Los protocolos de los sabios de Zion” y de todas las teorías de conspiración anti-judías hasta nuestros días...
Veamos ahora el próximo versículo
El Faraón continúa: (10) Seamos, pues, mas astutos que ellos, no sea que se multiplique y en caso de guerra, se una con nuestros enemigos, pelee contra nosotros y se vaya del país.”
LOS JUDIOS SON MUY ASTUTOS
El Faraón dice indirectamente que los judíos son malévolamente inteligentes, “astutos”. Insinuando que fue así, con astucia, que explotaron a los egipcios y tomaron su dinero. “Ahora es el momento de hacerles pagar, y recuperar lo nuestro. Y la única manera de lidiar con los judíos es ser más astutos que ellos.” Todo esto, por supuesto, crea en el pueblo egipcio un gran resentimiento hacia los judíos, a quienes se los culpa con mentiras de haber usado su inteligencia para abusarse de los egipcios.
LOS JUDIOS SON DESLEALES
Y ahora llega la estocada final del Faraón, la más conocida acusación antisemita. “Los judíos, en la eventualidad de una guerra, nos traicionarán. Se unirán a nuestros enemigos y pelearán contra nosotros. Y cuando alcancen la victoria se “escaparán de Egipto” hacia su propia tierra (sic.?!).
Todo esta propaganda del Faraón, que la Torá resume en sólo 2 versículos, logró su objetivo, ya que solo 3 versículos más adelante (Exodo 1:12) vemos el resultado de la propaganda antisemita. vayaqutsu “…y los egipcios sintieron odio (o “desprecio”) por los hijos de Israel”. El terreno, sembrado con propaganda antisemita, está ahora listo para proceder a la solución final. El Faraón ordena un genocidio selectivo muy cínico. Exodo 1:16 “Maten a los varones recién nacidos, pero dejen a las niñas”, así eliminamos a los judíos, y a la vez nos quedamos con sus mujeres.
Todo este odio y esta difamación infundada que sufrimos y seguimos sufriendo los judíos, comenzó por primera vez en Egipto. Y está representada por el Maror, la hierba amarga que en el Seder nos recuerda la amargura de la persecución y lo que uno siente cuando es acusado con falsedad y odiado gratuitamente.
HaShem nos ayudó y nos rescató de Mitsrayim (Egipto) de manos del Faraón y de su diabólica propaganda. Y así, en nuestros días, HaShem nos sigue protegiendo de todos aquellos que se levantan para difamar y destruir a nuestro pueblo, o a nuestro Estado de Israel.