Año del Señor 2018
19 de marzo
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
VELOCIDAD DE ADAPTACIÓN
Ayer, de camino a Vísperas, caí en la cuenta: “¡Mañana es san José! Seguro que no hay reto. ¡Oh, Señor, qué ilusión me haría que me regalases uno sobre este santo...!”
Empecé a repasar mentalmente el himno de san José, las imágenes que me gustan de él, alguna anécdota de los santos... pero, nada, el Señor no me marcaba el camino.
Al entrar en la capilla desistí, queriendo dejar a parte mis pensamientos para centrarme en las Vísperas. Pero, al cruzar la puerta...
“¡¡Ay, los tazones!!”
Yo me encargo de poner la mesa. Esa tarde había puesto los platos de domingo, y había dejado puestos en las mesas los tazones para el desayuno... ¡pero había puesto los tazones malos, los de diario!
“¡¡Pero si mañana es solemnidad!! Pobre san José... si se descuida, de solemnidad le bajo a simple conmemoración...”
Y, cuando estaba cambiando la vajilla, ¡sentí al Señor! Pues, ¡así es como se pasó la vida san José!
Él ya tenía toda su vida preparada y organizada, como yo el comedor. Sus planes eran bellos: casarse con María, construir un buen hogar... Y, a un paso de realizarlo, ¡zas!, el Señor le modifica los planes: ser padre del Mesías, irse a Belén, ahora huye a Egipto (que en burro está lejísimos), ahora vuelve a Nazaret...
Muchas cosas tuvo que cambiar en su mente y en su corazón. Pero, eso sí, ¡fue a mejor! ¡A tazones no de diario, sino de solemnidad! Ser padre, nada menos, que del Hijo de Dios, ¡ser el primer maestro del Maestro! Y él siempre con su corazón humilde, silencioso, sin querer llamar la atención, dispuesto a lo que Dios le pidiera.
¡Cuántas veces les ha tocado hacer lo mismo a nuestros padres! Cuántos desvelos, cambios de planes, cuántos trabajos ocultos y sacrificios escondidos tras una sonrisa, cuánto cansancio disimulado y cuántas enseñanzas pacientes en nuestros primeros pasos...
¡Muy importantes han de ser los papás, pues hasta Dios quiso tener uno!
Hoy el reto del amor es pedirle al Señor ver al “san José” que ha puesto en tu vida. Te invito a que hoy, en tu oración, des gracias a Cristo por tu padre. Pídele poder descubrir hoy tantas cosas buenas que tiene, especialmente las que no has sido capaz de ver hasta ahora. Da gracias, ora por él, y hazle el mejor regalo: un gran y sincero te quiero. ¡Te quiero, papá, feliz día!
VIVE DE CRISTO
Pd: Y, por supuesto, felicidades a todos los José, Pepe, a las Mª José, Pepa... a los seminaristas... ¡feliz día a todos!
http://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)