Ni que decir tiene que obtener los datos que voy a reproducir a continuación no ha sido en modo alguno fácil, pues las estadísticas sobre hombres maltratados, o no existen, o se hallan enmascaradas de tal forma que, en la práctica, es como si no existieran.
Pero he aquí que existe todavía un organismo, -el cual no es precisamente, como debería, la secretaría de estado de igualdad-, el cual emite los datos necesarios para poder dotar de contenido a este artículo. Estoy hablando del Consejo General del Poder Judicial y de su informe titulado “Análisis delas sentencias dictadas en el año 2015, relativas a homicidios y/o asesinatos entre los miembros de la pareja o expareja y de menores a manos de sus progenitores”
Supongo que al ritmo que van las cosas, muy pronto se le prohibirá al CGPJ volver a emitir un informe tan delatador y contrario a los objetivos del Lobby del Género. Pero mientras eso ocurre, en el que sí existe y todavía hemos podido cotejar, en su página 8 para ser precisos, leemos lo siguiente:
“En el año 2015 se dictaron un total de 47 sentencias por homicidios y asesinatos cometidos por la pareja o ex pareja, según se informa a este observatorio por las audiencias provinciales, de las cuales 38 lo son en el ámbito de la violencia de género y 9 en el de la violencia doméstica.
Si realizamos el análisis por sexo de víctima y persona acusada tenemos que en las 47 sentencias se registran 49 víctimas: 39 mujeres (80%) y 10 varones (20%).”
No es baladí, ¿eh? Un 20 % (en realidad, un 20,41%) de las víctimas de la violencia de género, víctimas mortales, es decir más de una de cada cinco, son hombres. Lo que incluso supera los que a partir de los datos que entonces emitía el Ministerio de Interior francés pude publicar en su día, informando de que las víctimas masculinas ascendían a una de cada siete, esto es, a un 14%.
¿Es esto todo? No, ni mucho menos, porque en la página 98, dentro del epígrafe “IV Estudio sobre sentencias de homicidio y asesinato de menores a manos de sus progenitores”, aporta el informe el siguiente dato, más elocuente si cabe:
“La autoría de los homicidios y/o asesinatos se atribuye en 4 casos a una mujer, madre del o la menor, en otros 3 casos a un hombre, padre o pareja sentimental de la madre, y en un caso se consideran criminalmente responsables los dos miembros de la pareja”.
A lo que se añade un gráfico de columnas (gráfico IV-6: Sexo del autor o autora) que de acuerdo con los datos arriba mencionados y por lo tanto, atribuye el 56% de los asesinatos infantiles a una mujer, frente a un 44% en que se atribuyen al varón. Datos que son suficientemente consistentes con los que ya aportamos en su día a partir de un artículo del diario ABC para el año 2010 del que me hice eco en el que titulé “Niños asesinados por sus padres: ¿violencia machista?”
Personalmente, soy de los que cree que basta con que un solo hombre hubiera sido maltratado por una mujer para que las leyes que reprimen la violencia de género no hubieran tenido que ser discriminatorias. Quizás incluso con mayor motivo porque ¿para qué molestarse en discriminar cuando ni siquiera es necesario porque la realidad ya lo hace? Por cierto, ¿se le ocurriría a alguien discriminar, pongo por caso, a los ertzainas por el hecho de que “sólo” once de las casi mil víctimas de ETA, es decir, apenas un 1%, uno de cada cien, lo era?
Pero como la principal razón aducida para realizar una ley que discriminara a los hombres en favor de la mujer es que se trata de una lacra muy extendida sin parangón con lo que ocurre en sentido contrario, me parece necesario poner negro sobre blanco las verdaderas cifras de la violencia de género en España. Y éstas demuestran que la realidad es bastante paritaria, e incluso que, en algunas de sus más terroríficas derivadas como es el caso con la violencia ejercida contra los niños, habla peor de las supuestas víctimas, las mujeres, que de los supuestos verdugos, los hombres. Y todo ello, sin mencionar el caso que ha conmovido en los últimos días a la sociedad española, donde se ha puesto de manifiesto el mucho mal que una mujer puede llegar a realizar a pesar de ser mujer, mientras a nadie en su sano juicio se le ha ocurrido englobar el suceso como un episodio más de la “violencia hembrista”.
En fin, amigos, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.
©L.A.
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