El Gobierno de Sri Lanka ha anunciado el estado de emergencia para "tomar duras acciones" tras la violencia entre grupos budistas y musulmanes.

La medida tiene lugar después de que el lunes se anunciara un toque de queda local en la ciudad de Kandy, en el centro del país, tras días de disturbios entre las dos comunidades religiosas. Un hombre de religión budista murió en los disturbios y varios negocios musulmanes fueron incendiados.

Las tensiones entre las dos comunidades han venido incrementándose a lo largo del último año. Los budistas acusan a los musulmanes de obligar a la gente a convertirse al islam y de protagonizar ataques vandálicos en sitios arqueológicos budistas.

Algunos nacionalistas budistas también protestan contra la presencia en Sri Lanka de refugiados rohinyás de Birmania.

Los musulmanes en Sri Lanka representan el 10% de una población total de 21 millones, mientras que los cingaleses budistas constituyen el 75%. El 15% restante son hindúes.

¿No suena a algo muy repetido?

Los musulmanes son minoría e intentan imponer al resto su religión. Siempre la misma canción.