Con relativa frecuencia hemos visto templos o catedrales católicas que en su exterior tienen efigies o esculturas de demonios, animales , etc. , y es lo que se denomina como “gárgola". A veces algunas críticas anticatólicas han sido referentes a estas figuras, alegando de por qué los católicos tenemos estos seres monstruosos en lugares que consideramos como santos.
Una gárgola es sencillamente la parte sobresaliente de una tubería que expulsa el agua acumulada en un tejado. No es en absoluto un invento medieval: egipcios, griegos y romanos las usaron en tiempos antiguos, para evitar que la humedad destruyera los tejados.
De hecho, la palabra francesa “gargouille” es un derivado del verbo “gargouiller”, que procede directamente del griego gargarizó (hacer gárgaras) . Esta es precisamente su función como elemento arquitectónico: la gárgola recoge y expulsa el agua lejos de los tejados y las paredes del edificio evitando asi manchar las paredes del templo, y los tejados.
Una vez vista su finalidad arquitectónica cabe hacerse la siguiente pregunta : ¿por qué poner monstruos en los tejados?
Antes de empezar a dar explicaciones quiero matizar que también en templos protestantes encontramos Gargolas, como por ejemplo en la Catedral Episcopaliana de Washington. Sobre este tema, se han dado diferentes respuestas pero voy a intentar recoger todas aquellas que tienen más fundamento. Primero, se trata de la supervivencia de representaciones griegas y romanas en el arte europeo posterior a estas dos culturas antiguas. De esta manera el arte griego y romano no desaparecería del todo sino que habrían quedado ciertos residuos, y los gárgolas serían un ejemplo de ello.
Otra respuesta que se suele dar es que el uso de estas gárgolas se atribuye a una leyenda vinculada a la vida de San Roman obispo de Rouen, que sometió a un dragón llamado “Gargouille”, al mostrarle la cruz de Cristo. El Santo decidió colocar la cabeza del mostruo en los muros de la catedral, para dar una advertencia: el mal acecha fuera y solo se vence con la Cruz de Cristo.
Finalmente tenemos otra respuesta y es que se han colocado fuera del templo para dar una enseñanza, por pedagogía: el mal queda fuera de la Iglesia, no puede entrar en ella, huye de todo lugar sagrado, y nunca podrá derrotar a este, pues la promesa del Señor es clara:
“sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder del infierno no la derrotará” Mateo 16,1819
Podríamos decir que era la manera de representar lo que quedós escrito para que la gente del pueblo, que quizás no supiera leer o escribir, aprendiera con las imágenes que el mal jamás vencería a la Iglesia de Dios.
Pero también debemos saber que hay animales de todo tipo representados como gárgolas : felinos, aves rapaces, como águilas, pelícanos, reptiles, perros, leones, etc. Cada uno de ellos podría tener diferentes significados. Por ejemplos, las águilas, el león , el buey y el ángel representarían a los 4 evangelistas que guardan y protegen al edificio. Los dragones, podrían representar el mal, esto es, satanás que queda fuera de la Iglesia, que no puede tocarla. Esto significa que no todas las gárgolas que nos encontramos en diferentes catedrales representan demonios, dragones etc, algunas representan animales simbólicos del Cristianismo.
También puede haber gárgolas que representen los pecados capitales: oveja (dejarse llevar hacia el pecado), lobo (guerra), perro (en este caso avaricia), cuervo (clérigos insolentes), cabra (infidelidad) y jabalí (lujuria, gula...).
Recordemos que todas estas representaciones que muchas veces mezclan rasgos de animales con el hombre, tienen un precedente bíblico:
Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.
7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.
8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.
Apoc 4,6-8
En esta escena, Juan el apóstol ve cuatro seres vivientes. Uno que se asemeja a un león. El segundo se asemeja a un ternero. El tercero tiene la cara de un hombre y el cuarto era como un águila volando. Cada uno con alas y lleno de ojos.
y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre.
6 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas.
7 Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido.
8 Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados.
9 Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante.
10 Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila.
11 Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos.
12 Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían.
13 Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.
14 Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos.
Ezequiel 1, 614
Ezequiel nos está hablando de querubines, que tenían forma de animal y cara de hombre, de esa misma manera algunos dibujos de las gárgolas podrían asimilarse a esto.
Quizás todas estas construcciones se basaron en estos pasajes de la Escrituras, y también mezclaron las ideas anteriormente desarrolladas con el fin de ahuyentar demonios y recordar a los feligreses que los enemigos de sus almas acechan fuera en el mundo pues recordemos lo que enseña la Escritura: El diablo es el príncipe de este mundo (Juan 12,31, 2Cor 4,4) , los incrédulos están cautivos bajo “el lazo del diablo" (2 Timoteo 2:26), o también dice en otro lugar “bajo el maligno"(1 Juan 5:19). Por otro lado, debemos saber que al contrario de lo que se dice del mundo, el templo del Señor en la Biblia se menciona como lugar santo:
Del río los embates regocijan a la ciudad de Dios; santificó su tabernáculo el Altísimo.
Salmo 45:4
Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las santificó Levítico 8:10
a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén Efesios 3,21
Esto quiere decir que podemos ver en el mundo, demonios, pecado, pero en la Iglesia es el lugar santo, el templo de Dios, lugar donde nos encontramos con él y la manera grafíca y artística de representar esto pudo ser mediante esas gárgolas.
Jesús Urones