Año del Señor 2018
28 de febrero
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
MIRAR BIEN, VIVIR BIEN
Nuestra capilla tiene varios focos que se encienden de forma individual, así sólo hay que prender los que son necesarios, según haya más o menos gente, o para (cuando estamos en la oración) tener luz un poco más tenue...
Hace unos días, de pronto se fundieron los dos focos que iluminaban al Sagrario. Estos están estratégicamente colocados justo encima, en frente del mismo.
Mientras esperamos a que lo arreglen, han hecho un apaño: han “redirigido” uno de los focos laterales hacia el Sagrario.
Bueno... podemos decir que hace su función... pero la verdad es que se nota muchísimo la buena labor que hacían los otros. Al estar justo en frente, no hacían reflejos, ni sombras, pero, sobre todo, no deslumbraban. Éste sin embargo...
Fue muy gracioso ver la reacción de cada una de las monjas cuando iban entrando por primera vez en la capilla después del “apaño”: al cruzar la puerta, se veían cegadas por una luz extraña, y al no esperárselo, intentaban, con los ojos entreabiertos, averiguar de dónde salía. La luz, al estar dirigida desde un lateral, hacía daño.
Cada día, cuando nos levantamos, tenemos la oportunidad de mirar la vida, al Señor y a los demás con una de estas dos posturas. Podemos mirar la vida de frente, despertarnos y comenzar agradecidos al Señor por un nuevo día, con una sonrisa en el rostro y una mirada limpia hacia los demás, sin más interés que vivir desde el amor...
O podemos tener un día mirando la vida “de lado”: desde la desconfianza y la frustración, que nos hace ver a los demás como enemigos. Incluso puede que pensemos que los que están a nuestro lado no se enteran, pero esto no es real, y, al final, esta mirada hace daño a los de tu alrededor... y a ti te va apagando el corazón.
Jesús siempre miró todo de frente. Cuando se acercaba a alguien, sabía con quién estaba, realmente estaba viendo a la persona y la estaba amando, su luz no es cegadora, sino que siempre es una Luz de Amor. Pero también miraba de frente a la misma vida: no dejó pasar el tiempo pensándose si entregaba su vida por nosotros o no, sino que, llegado el momento, detuvo todo y, orando, miró de frente la realidad que se le venía encima.
Hoy el reto del amor es pararte a orar cómo mirar de frente a esa persona o ese problema que se te plantea. No dejes pasar más tiempo, deja que el Señor te vaya enseñando a vivir en plenitud cada situación de tu vida.
¿Cómo miras tu día? Tu felicidad dependerá de la opción que escojas...
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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