En peregrinación hacia La Casa
Benedicto XVI siempre ha considerado un peregrino hacia Dios. En todo lo que ha escrito, que ha sido mucho, ha mostrado  su empeño por desvelarnos el Misterio de Dios de un modo profundo, y al mismo tiempo inteligible. La historia lo recordará como el gran teólogo del siglo XX. Su vida de Cristo es una joya que hemos de releer continuamente.  No es un autor más. En Benedicto XVI no hay literatura oportunista de consumo. En sus escritos siempre encontramos materia de reflexión, de meditación que nos lleva a la contemplación. La humildad de su corazón le llevó a buscar un retiro para prepararse al encuentro definitivo con Dios, con ese Dios del que tanto había predicado y escrito. Es muy entrañable su última carta, que suena a despedida. Cualquier día nos dirá adiós, y las puertas del Cielo se abrirán de par en par para recibirle. Mientras tanto rezamos por él para que conserve esa lucidez que le hace vivir siempre en la presencia de Dios.


 
Texto íntegro de la carta de Benedicto XVI a Máximo Franco, director de Il Corriere Della Sera:
Estimado, Dr. Franco:
Me ha conmovido que tantos lectores de su periódico quieran saber cómo paso este último período de mi vida. Solo puedo decir a este respecto que, en el lento declive de las fuerzas físicas, interiormente estoy en peregrinación hacia la Casa.
Es una gran gracia para mí estar rodeado, en este último tramo de camino, a veces un poco cansado, por tanto amor y bondad que no podría haber imaginado. En este sentido, también considero las preguntas de sus lectores como un acompañamiento para este tramo. Es por eso que no puedo sino agradecerles, al asegurarles a todos ustedes una oración de mi parte.
Saludos cordiales.

Benedicto XVI