No son muchos los datos de los que disponemos para conocer el año en el que se produce el nacimiento de San Pablo, el apóstol de los gentiles. Él, que tan extrovertido se muestra en sus cartas y tanta información nos da sobre sí mismo, poco nos dice sin embargo ni sobre dicha fecha ni sobre su edad.
En los escritos canónicos, fuente de toda biografía sobre San Pablo, sólo existen dos datos que puedan aportar algo de luz al respecto.
El primero lo ofrece Lucas cuando al presentarlo en los Hechos de los Apóstoles en el momento en que está participando en la lapidación de San Esteban lo define como “un joven llamado Saulo”. Ahora bien, ¿qué es un joven? Porque tanto un adolescente de 15 años como un muchacho de 25 pueden ser considerados “un joven”. No parece, en cambio, que podamos atribuir condición tal a un muchacho de 30, o por lo menos, no parece hacerlo Lucas, porque cuando el evangelista nos presenta los datos biográficos de Jesús en el trance de tomar el bautismo de manos de Juan, nos dice de él:
“Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años” (Lc. 3, 23).
Pero no nos dice “era un joven de unos treinta años”.
Por otro lado, ¿cuándo se produce el martirio de San Esteban que es el momento en el que Saulo es “un joven”? Y aquí una vez más, nos movemos en arenas movedizas, porque si bien existe general acuerdo en la exégesis en datarlo unos 3-4 años después de la crucifixión de Jesús, tras haber ocurrido una serie de eventos importantes para la naciente comunidad cristiana –la detención de Pedro y Juan por el sanedrín (Hch. 1, 22), el posterior prendimiento del completo colegio de apóstoles (Hch. 5, 17-42),las primeras misiones, el crecimiento de la comunidad hasta el punto de existir ya dos clases de cristianos, los palestinos y los griegos (Hch. 6, 1), la constitución del Consejo de los Siete para gobernar ésta última (Hch. 6, 2-7)-, no menos cierto es que al día de hoy todavía no se ha resuelto la vieja cuestión de si, de acuerdo principalmente con los datos que aporta San Juan en su evangelio en conjunción con otras fuentes conocidas, Flavio Josefo sobre todo, dicha crucifixión se produjo el año 30 o el año 33. Lo que quiere decir que la lapidación de Esteban tanto pudo ocurrir el año 34, si la crucifixión de Jesús se produjo en el 30, como el año 37, si la crucifixión de Jesús tuvo lugar en el año 33.
Así que estamos hablando un muchacho que tiene entre 15 y 25 años en una fecha que va del año 34 al año 37. En la más temprana de las hipótesis (Pablo tiene 25 años cuando Esteban es lapidado en el año 34), Pablo ha nacido el año 8-9 d. C.. En la más tardía (Pablo tiene 15 años cuando Esteban es lapidado en el año 37) ha nacido en el año 21-22. Así pues, con el dato que aporta Lucas, del año 8 al año 22 todas las hipótesis están abiertas: catorce años por lo tanto para situar el evento.
Existe un segundo dato que arroja un poco de luz suplementaria y nos puede ayudar a acotar la cuestión. Se trata de la carta que el mismo Pablo remite a Filemón, a quien, no sin dramatismo, dirige estas palabras:
“Por lo cual, aunque tengo en Cristo bastante libertad para mandarte lo que conviene, prefiero más bien rogarte en nombre de la caridad, yo, este Pablo ya anciano, y además ahora preso de Cristo Jesús” (Fl. 9).
Y si bien existe notable acuerdo en datar la Carta a Filemón en torno a los años 61-63, entre cuatro y seis años antes de que Pablo sea decapitado en el año 67 ¿qué debemos entender en cambio por un “anciano”? Si definir "joven" ya se presentaba complicado, no me digan Vds. definir "anciano".
Por otro lado, la vida que lleva Pablo, miles de kilómetros recorridos, tantos suplicios sufridos por la causa de Jesús, invitan a preguntarse: ¿estamos ante un verdadero atleta hipercapacitado que a los sesenta todavía es y se siente un joven, o por el contrario, tanta penuria, tanta tribulación lo ha convertido en un viejo prematuro?
Momento de hacer unos cálculos: si a partir de la información que nos da Lucas Pablo hubiera nacido en el año 8, cuando escribe las palabras que dirige a Filemón tiene…¡55 como mucho, quizás sólo 53 si la carta de Filemón se hubiera expedido en el 61 y no en el 63! Pero si hubiera nacido en el año 22… ¡¡¡es que estaríamos hablando de un anciano de 39 años!!! ¿Podemos hablar de un anciano de 39 años, incluso al principio de nuestra era y por muy baqueteada que pudiera hallarse la persona que los carga?
Todo lo cual invita a aceptar la tesis de que cuando presencia el martirio de Esteban, Pablo es un joven de unos veinticinco, en el límite de lo que Lucas considera “joven” (treinta ya no es “un joven” para él). De modo que cuando escribe a Filemón, es un anciano prematuro de 55 años como máximo, castigado por las muchas penalidades padecidas.
Lo que curiosamente, se va a convertir ahora en un argumento a favor de que Esteban fue martirizado en el 34, porque si lo hubiera sido en el 37,entonces Pablo, en el mejor de los casos, habría nacido en el año 12, y cuando escribe a Filemón en el 63 sería un anciano ¡de 51 años! Pocos parecen, ¿no?
Extendiendo el argumento hasta sus últimas consecuencias, si Esteban, como nos parece más conveniente para explicar la edad de Pablo, fue martirizado en el 33-34, eso quiere decir que la crucifixión de Jesús tuvo lugar en el año 30 y no en el 33, pues transcurren 3-4 años entre la crucifixión de Jesús y la lapidación de Esteban. Así pues, un argumento más, la edad de Pablo, para avalar que la crucifixión de Jesús se produjo en el año 30 y no en el 33.
En todo caso, y como se ve, información muy imprecisa. Lo más cierto, después de todo, es que en el escaso lapso de tiempo de veinte y algún años, 29 como mucho, -los que irían del 34 en el que Esteban es martirizado en la hipótesis más temprana hasta el 63 en el que Pablo escribe a Filemón en la hipótesis más tardía-, vemos a un hombre, Pablo, convertirse de joven en anciano. Y eso que, ¡ojo! ese anciano todavía vivirá entre cuatro y seis años, en los que incluso realizará aún algún viaje importante, nadie se crea que cuando escribe a Filemón Pablo está ya acabado.
Todo esto dicho, en su catequesis del 27 de agosto de 2008, ese gran exégeta bíblico que es el Papa Benedicto XVI, comentando precisamente el nacimiento de San Pablo, realiza estas afirmaciones, las cuales abundan en lo ya dicho y que, como poco, gozan de la auctoritas de su autorizado firmante:
“Los datos biográficos de san Pablo se encuentran respectivamente en la carta a Filemón, en la que se declara “anciano” -presbýtes- (Flm 9), y en los Hechos de los Apóstoles, que en el momento de la lapidación de Esteban dice que era “joven”-neanías- (Hch 7, 58). Evidentemente, ambas designaciones son genéricas, pero, según los cálculos antiguos, se llamaba “joven” al hombre que tenía unos treinta años, mientras que se le llamaba “anciano” cuando llegaba a los sesenta. En términos absolutos, la fecha de nacimiento de san Pablo depende en gran parte de la fecha en que fue escrita la carta a Filemón. Tradicionalmente su redacción se sitúa durante su encarcelamiento en Roma, a mediados de los años 60. San Pablo habría nacido el año 8; por tanto, tenía más o menos sesenta años”
Una información que el Papa Benedicto tiene por tan cierta que por eso decide celebrar el llamado Año Paulino en el 2008, como él propio Papa afirma en la misma catequesis:
“Esta debería de ser la cronología exacta. Y el Año paulino que estamos celebrando sigue precisamente esta cronología. Ha sido escogido el año 2008 pensando en que nació más o menos en el año 8”.
Dejémoslo así. En tanto no aparezca una nueva fuente suficientemente autorizada, poco más es lo que se puede precisar. Que hagan Vds. mucho bien y no reciban menos.