Raúl Berzosa (Málaga, 1979) es un pintor de estilo realista. Se ha especializado en cuadros de temática religiosa que retratan en muchos casos diversos relatos bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento, siempre con gran naturalismo. En la actualidad está considerado el mejor pintor español de este género. Él escribe en su cuenta de twitter: Soy pintor y me dedico a lo que más me gusta, el arte, y especialmente el arte sacro.
 

En cuanto a los de temática martirial, ha pintado al Beato Miguel Agustín Pro, mártir durante la Cristiada en México, para la iglesia de la Compañía de Jesús de Tampa, Florida (EEUU).
 

Hace casi un año, con motivo de las beatificaciones de Almería, ya mostramos el cuadro que de la gitana Beata Emilia Fernández hizo para la Catedral de dicha diócesis:
https://www.religionenlibertad.com/2503-beatificacion-almeria-resumen-55755.htm

Hace unos meses pintó al párroco y al coadjutor de Santiago Apóstol de Guadix (Granada), ambos mártires de la persecución religiosa española, y beatos desde el 25 de marzo de 2017. Se trata de óleos sobre lienzo, de 73 x 100.

BEATO ANTONIO TORRES GARCÍA
 

Se representa al párroco sentado y con una pose de tres cuartos, en sus manos lleva el rosario, uno de los elementos iconográficos de su martirio ya que fue descubierto por los milicianos con él; la figura central está flanqueada a la izquierda por una Inmaculada del artista granadino Alonso Cano y a la derecha por una palma, símbolo del vencimiento al martirio.

De fondo el lateral de la parroquia de Santiago Apóstol, todo predominado por colores tierra, ocre y una aureola que envuelve la cabeza del beato; con esta luz y los blanco del roquete se consigue resaltar la figura del retratado, así como la nota de color dado por la estola, roja, color de los santos mártires.

La pintura está firmada en la parte baja a la derecha.

Martirio: "fue detenido en Guadix y conducido a su pueblo, Caniles, donde al fin le dejaron marchar a su casa. En varias ocasiones le pidieron dinero, y lo dio, con la promesa de que no le pasaría nada. Pero no sirvieron las promesas... y el día 30 de agosto de 1936 le sacaron de casa con el pretexto... de hacer una declaración. La realidad es que le metieron en una camioneta con otros seis presos, los llevaron a los Llanos de Hijate, próximos al polvorín de Serón (Almería), donde, ya en tierra y puestos en fila, les registraron y al encontrar un rosario a D. Antonio, uno de los milicianos, apodado "el Moreno", le mostró el crucifijo del rosario y le preguntó: Y esto ¿qué es?. La imagen de Cristo, respondió D. Antonio, en Él confío y espero. El Moreno dijo entonces: Pues ahora, ni Cristo te vale, disparando sobre él y seguidamente sobre los demás hasta rematarles. Los rociaron con gasolina, les prendieron fuego y los enterraron después bajo una capa de cal viva".

El otro óleo es el del BEATO AURELIO LEYVA GARZÓN, coadjutor de la Iglesia de Santiago Apóstol (Guadix), martirizado en 1936 (Enix, Almería).
 
 
Se representa al coadjutor de pie y de forma frontal mirando al espectador, de este modo se consigue que haya un reciprocidad retratado-devoto. La figura central está flanqueada a la izquierda por una cruz dorada de orfebrería y a la derecha la palma del martirio, ambos elementos le otorgan verticalidad a la escena. En el fondo se representa la fachada principal de la Iglesia de Santiago Apóstol, en la que predominan los tonos marrones, grises y azules. D. Aurelio Leyva aparece retratado con bonete y una aureola que envuelve la cabeza del beato; con esta luz y los blancos del roquete se consigue resaltar la figura del retratado, así como el golpe de color dado por la estola, roja, color de los santos mártires. La pintura está firmada en la parte baja a la derecha.

Martirio: «Trasladado al vagón de ferrocarril donde llevaron también al Sr. Obispo, monseñor Manuel Medina Olmos, con otros sacerdotes, fue conducido a Almería con los demás, pasando por varias prisiones. Trasladado al Barco-prisión Astoy Mendi, fueron maltratados por los milicianos y marineros y, finalmente, en la madrugada del día treinta de agosto fueron sacados en compañía de los Obispos y otros, para ser asesinados y quemados sus cadáveres.» Tenía cincuenta y nueve años al coronar su vida con el martirio.