Hoy el reto del amor es dar el siguiente paso

Año del Señor 2020

15 de octubre

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

NO TE RINDAS ANTES DE TIEMPO

Estoy aprendiendo a trabajar el cuero. La verdad es que me llama la atención, y me gustaría aprender para hacer cosillas para regalar o tener un detalle, porque, además, luego lo puedo meter a la máquina láser y realizar una grabación...

Comencé haciendo unos patrones, después cortando el cuero, y me lancé a coserlo para hacer un regalo.

Metí el hilo por un lado y, con dos agujas, fui dando las primeras puntadas... ¡un desastre! Me quedaban torcidas, cada una para un lado, me salía de la línea. Sin embargo, dentro de mí el Señor me impulsaba a seguir, a continuar aunque no saliera perfecto.

Pero en seguida me di cuenta de que aquello me estaba hablando de algo mucho más allá. Sí, porque yo soy de las que, si ve que no le sale “perfecto” o, peor aún, que no sale “como me lo había imaginado en mi cabeza”, pues me rindo pronto y lo dejo. Sin embargo, con aquello el Señor me estaba haciendo una parábola de la misma vida. Él no nos llama a una vida perfecta, sino a una vida en el amor, enamorada. Él nos invita continuamente a seguir, a entregarnos, a no detenernos ante el aparente fracaso o imperfección.

Y así, dándole vueltas a aquella parábola mientras cosía, poco a poco el trazado se iba enderezando, y comencé a tomar confianza. Al mirar el trabajo sé que hay defectos, pero siempre me han dicho que un trabajo artesanal no suele ser perfecto; si no, no se notaría que es artesanal.

Y me venía una frase que, desde que la vi, siempre me ha gustado mucho y que dice: “Cuando un niño se cae 50 veces aprendiendo a caminar, nunca se dice a sí mismo ‘tal vez esto no sea para mí’”.

Y qué cierto es. El Señor siempre nos invita a seguir caminando, a no detenernos en esas cosas porque, si no, no seguiríamos nunca. Él nos ha hecho para caminar, para seguir con la siguiente puntada, que más vale acabarlo, aunque no sea perfecto, que dejarlo a medias por buscar una perfección inalcanzable.

Así me daba cuenta de que, cuando nos imaginamos grandezas, el mínimo fallo nos frustra... pero, cuando comenzamos por cosas pequeñas, cualquier pequeño paso es una bendición.

Hoy el reto del amor es dar el siguiente paso. No te detengas, no tengas miedo a continuar, o a emprender aquello que tanto te gustaría hacer... porque sabes con Quién vas y Él es el camino seguro para lograrlo.

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¡Feliz día!

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