Año del Señor 2018
25 de enero

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

CAYENDO EN LA MISMA PIEDRA 

Seguro que te ha pasado alguna vez. Estás comiendo la mar de a gusto, y, de repente... 

-¡¡Aaaaaaaayyyyy!! 

Sí, justo hace dos días. Me pegué un mordisco con todas mis ganas y me hice una pequeña herida en la boca. 

Pero, lo mejor fue que, al día siguiente... 

-¡¡Aaaaaaaayyyyy!! 

¡¡Otra vez!! En mi defensa diré que la heridita está en muy mal sitio, justo al lado del colmillo...

Y, pensando en estas cosas, ¡me mordí otra vez! ¡Me he mordido exactamente en el mismo sitio tres veces! Imagina el cuidado y atención que estoy poniendo ahora en cada comida... 

De pronto caí en la cuenta de que, tras cada mordisco, la heridita se inflama un poco más, por lo que cada vez es más fácil volver a morderse... ¡y así nos pasa también a nosotros! 

Seguro que hay días que te levantas estupendamente, pero, nada más poner los pies en el suelo, algo te descoloca: una habitación desordenada, el atasco, una respuesta poco amable... 

Pueden ser pequeñas cosas, tal vez en el momento irritan... pero son fáciles de controlar, como la primera vez que te muerdes. Sin embargo, la heridita queda ahí, junto con la pequeña inflamación. 

¿Y no te ha pasado alguna vez que parece que todos los golpes van al mismo sitio? Así, a lo largo de la jornada puedes ir acumulando “mordiscos”, la herida se inflama y cada vez te molestan más cosas más pequeñas... ¡y al final acabas explotando por algo que, objetivamente, no es para tanto! 

Pero la clave está... ¡en parar la inflamación! 

Cristo te invita a no ir acumulando a lo largo del día. Él está siempre disponible para ti, dispuesto a darte su paz, su alegría... Está deseando renovar tu entusiasmo y tu ilusión, pero para ello necesita que te pongas en Sus manos. ¡Y eso tantas veces como necesites! Ya dijo Él que “a cada día le basta su propio afán”... ¡pero hay veces que podríamos cambiar lo de “días” por “horas”! 

Si notas que vas acumulando, no esperes a estallar: ¡para con Cristo y deja que Él ponga tu contador a cero! 

Hoy el reto del amor es hacer una parada a mitad de la mañana. Sólo necesitarás unos minutos, y ni siquiera tienes que salir de la oficina o de tu casa... Pero hoy, a media mañana, para con el Señor y preséntale tu jornada. Pídele que te renueve la alegría, ¡que, aunque ya hayan pasado unas horas, puedas empezar el día de nuevo! Retoma la jornada con Él, ¡y verás con ojos nuevos a quien tienes al lado! ¡Feliz día! 

VIVE DE CRISTO


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¡Feliz día!

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