La escritora Gloria Fuertes dijo: «Prefiero una persona buena a otra muy inteligente. Intuyo la bondad de Dios en todo. Sólo me atrae la gente buena. Por eso tengo la convicción de que hay Alguien que es el Bueno por excelencia. Es la Luz, el Foco de la Bondad».
Todos llevamos en el corazón, y lo manifestamos en el rostro, en el exterior, la autenticidad o la falsedad de nuestro seguimiento de Jesucristo. Mostramos el amor o la apatía que sentimos por Dios y por los demás.
El Superior General de los Misioneros del Espíritu Santo de México ha dicho:
-«La mejor propaganda vocacional no está en internet, está en nuestro rostro, en nuestras acciones».
Carlos de Foucauld: de vida acomodada, militar, apasionado por el saber, de placeres insaciables -en términos de Nietzsche- de vida vivida al límite, convertido a Cristo, llevó el Evangelio al desierto del Sáhara y a los pueblos nómadas. Anotó en su libreta los consejos que le había dado el Padre Huvelin, su director espiritual. Escribía:
«Mi apostolado debe ser: la bondad.
»Viéndome, se deben decir: “Si esta persona es buena, su religión es buena”.
»Si me preguntan por qué soy amable y bueno, debo responder:
»Porque soy servidor de un Bien más Grande que yo».