La progresía, que alabó en su día el cheque bebé de Zapatero, critica ahora que el Obispado de Córdoba dote con 2.000 euros a la universitaria embarazada que decida no abortar. Y eso que la intención es la misma: dar uso al libro de familia. Con el cheque bebé, el Estado sustituía el pan debajo del brazo que traían los niños por su cuenta en la España del libre mercado por el dinero público, que es la hogaza del socialismo. Con el premio a la natalidad, el Obispado sustituye la inercia de la juventud, que desemboca en el egoísmo, esto es, en la clínica Dator, por el camino empedrado de la madurez sobrevenida, que desemboca en la generosidad, esto es, en la tetina. Y a deshoras, lo que les honra. No es lo mismo estar a tres de la mañana ante un cubata que ante una cuna parque.
El éxito del discurso buenista de los malos explica que Antena 3 haya ofrecido esta información con el sarcasmo por subtítulo, como si diera la noticia del hombre que lanza el hueso de aceituna más lejos, que no es maño, sino de Elche. O, peor aún, porque la relacionó con una precedente, en la que informaba de que los caballeros legionarios habían entonado por las calles de Sanlúcar canciones machistas. Como las de la tuna, pero sin azúcares añadidos. No sé que tiene que ver el sonajero con el fúsil, pero si para la cadena existe relación entre el escuadrón y el paritorio es porque es incapaz de distinguir las diferencias entre la cabra de la Legión y el borreguito de Norit.
En la vendimia, los jornaleros vitalicios se burlaban de los jornaleros estudiantes porque sabían que en pocos años los segundos en lugar de recolectar uvas saborearían vinos de los que dejan retrogusto. Al jornalero vitalicio le habría bastado cursar COU para sustituir el conocimiento del madrugón por el conocimiento de la añada, pero prefería la burla al esfuerzo. La burla que subyace en la información de Antena 3 sobre la iniciativa del Obispado también denota la falta de ganas de la periodista para ahondar en la noticia. De tenerlas, habría descubierto que el premio para la estudiante embarazada no es el par de miles de euros. Más que nada porque al dinero no se le marcan los hoyuelos.