Año del Señor 2017
20 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
UN VILLANCICO PARA LA MAÑANA
Ayer me tocaba hacer en el trabajo mil cosas: paquetes de calendarios, acabar unas pulseras, desmontar unos relojes, grabar unas agendas... Veía la lista y no sabía ni por dónde empezar.
Miré el reloj. Eran las 9:30 de la mañana, y tenemos trabajo hasta las 13:00, que es cuando rezamos el rosario.
Dentro de mí le decía al Señor:
“Dame paciencia para sacar todo poco a poco... porque también tenemos que contar con que en la mañana surgirían mil contratiempos...” (como, efectivamente, así pasó).
En ese momento sentí en el corazón ir al Oratorio, sentarme con el Señor cinco minutos y ponerme un villancico antes de empezar a trabajar. Y cuál fue mi sorpresa que el Señor me esperaba de una manera fuerte detrás del villancico. ¡Qué paz tan grande! La música fue calando dentro de mí...
Este villancico acaba diciendo: ”Bienaventurado aquel que puede recibirlo y dar al Rey morada en su interior, y, en su corazón, darle habitación.”
Salí del Oratorio con el corazón encendido. Al final de la mañana, cuando acabé de trabajar, volví al Oratorio para escuchar de nuevo el villancico, y la alegría y la paz no se me pasaron en todo el día.
Cristo está vivo y quiere vivir con nosotros; nada nuestro es ajeno a Él. Jesús quería estar conmigo en el trabajo, y así fue. Muchas veces el trabajo de estos días nos puede nublar y quitar la paz, pero no dejes que esto pase: levanta la mirada y vuélvete al Señor.
Hoy el reto del amor es que, antes de trabajar, escuches un villancico. Si quieres, aquí te dejo el enlace del que ayer me ayudó tanto. La música muchas veces pone palabras a lo que tenemos dentro.
https://youtu.be/kEVdt4Ahd1U
Que tengas una feliz jornada de trabajo. Cristo está a tu lado: descúbrelo.
VIVE DE CRISTO
Pd: Ésta es la letra del villancico...
Nadie se lo imaginó que el Rey del mundo, el Salvador,
en un establo de Belén iba a nacer.
Todo fue tan diferente a como lo esperaban ver...
el Salvador en un pesebre; en vez de fuerte, débil fue.
Fue como raíz en tierra seca, como ver
a un renuevo castigado por el sol.
Fue como una llama en la tormenta, o como ver
sólo una gota en el desierto descender.
Bienaventurado aquel que no halle en Él tropiezo,
que puede en Él creer sin distracción.
Bienaventurado aquel que puede recibirlo,
y dar al Rey morada en su interior,
y en su corazón darle habitación.
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¡Feliz día
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