El Dr. Weber, médico inglés, afirma que fisiológicamente, la influencia de la disposición del ánimo en el organismo ocurre de esta manera:
 
«La alegría y la esperanza activan la respiración;
 Aumentan el torrente de sangre hacia el cerebro;
 Favorecen la asimilación en las células nerviosas.

»Por el contrario, la depresión psíquica:
 Disminuye la actividad respiratoria y cardíaca;
 Detiene la circulación de la sangre hacia el cerebro;
 Engendra desórdenes primeramente funcionales y después orgánicos.

»Así pues, la gimnasia de la alegría produce efectos fisiológicos y psicológicos:
»Dilatación de los pulmones y
alivio del corazón,
como acaece al respirar aire puro de las montañas,
y con esto la elevación de toda la vida psíquica,
por cuyo medio aun se evitan las enfermedades y
es posible impedir el desarrollo de las que ya se padecen.
Evidentemente la alegría es oxígeno para el organismo y para el alma.»
 
Cristóbal Colón y su compañeros de viaje estaban profundamente abatidos y desesperanzados porque no veían tierra alguna... De pronto, abrieron sus ojos y fueron reanimados por el aroma de los sasafrases (árboles americanos de las lauráceas, de madera y corteza de fuerte olor aromático, usadas en medicina) que el viento de tierra llevaba hacia ellos en pleno mar.
 
Así consuela y vivifica también la fragancia de la alegría.
Así la alegría ayuda al cuerpo y al espíritu.
Así la alegría es una gran fuerza personal y social.
 
Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina, afirmaba:
«Sólo la alegría es garantía de salud y longevidad





Alimbau, J.M. (2017).  Palabras para la alegría. Madrid: Voz de Papel.