Curiosa historia la que me llega desde Italia y que tiene que ver con los bombones Ferrero Rocher, esos que es casi imposible que no hayas probado alguna vez.
Resulta que Michele Ferrero, el chocolatero dueño de la empresa italiana que produce estos bombones, era un católico convencido y entusiasta (falleció en 2015, a los 89 años). Cuando en 1982 decidió lanzar estos bombones al mercado se inspiró en uno de los lugares donde había vivido su fe con mayor intensidad: la gruta de Lourdes, donde se apareció la Virgen a la pequeña Bernadette, que en francés es conocida bajo el nombre de ''Rocher de Massabielle''. De ahí el “Rocher” que acompaña al apellido del chocolatero Ferrero. De allí también el envoltorio del bombón, rugoso, que se asemeja a la formación rocosa de la gruta de Lourdes.
Un modo de rendir homenaje a quien, Michele estaba convencido, había cuidado en todo momento de la buena marcha de sus empresas. De hecho, cuando celebró el 50 aniversario de su compañía, en 1996, declaró que “debemos el éxito de Ferrero a Nuestra Señora de Lourdes; sin ella podemos hacer muy poco”. En el mundo del chocolate y en cualquier otro ámbito.
En cualquier caso, Michele Ferrero tenía motivos para estar agradecido. Tercer productor mundial de chocolate, Ferrero une a sus Ferrero Rocher productos tan reconocidos como la Nutella o los Kinder. Y cada año se llevaba a sus directivos a Lourdes en peregrinación, a darle las gracias a la Virgen; en algún aniversario especial llegó a llevar a todos sus empleados. Como también hizo colocar una estatua de la Virgen María en cada una de las 14 fábricas que tiene la compañía en todo el mundo.
Pero no sólo se trataba de estatuas y peregrinaciones, sino de un cuidado atento hacia sus empleados: “mi única preocupación -afirmó en una entrevista en La Stampa en junio de 2006- es que la empresa sea cada vez más solida y fuerte para garantizar a todos los que trabajan en ella un puesto seguro”. Miles de familias se han beneficiado de este empresario católico y coherente que confiaba totalmente en la Virgen.
Y a nosotros nos ha endulzado más de un buen momento.