El sábado 21 de octubre tiene lugar en la Sagrada Familia, de Barcelona, la beatificación de más de cien misioneros claretianos matados vilmente durante la Guerra Civil. En aquellos días era duro, dificil y comprometido ser cura en toda España, y en tierras catalanas en particular.

Tras pasar treinta días haciendo Ejercicios Espirituales en aquella región española he comprobado de primera mano el infectado aire de intolerancia, odio y desasosiego con el conviven los actuales habitantes de Cataluña, donde se han desatado todos los demonios de la manera más bárbara. Todavía no muy violenta, pero con el tiempo se puede llegar a la extrema situación.

Hace unos días tres curas de la diócesis de Tarrasa han sido ordenados por el obispo propio. Y varios amigos lectores me han preguntado:

¿Es dificil ser cura hoy en tierrras catalanas?.

Por supuesto que sí, por varios motivos:

Primero, o entras en el sector de los curas nacionalistas que han quitado a Dios de sus vidas y han colocado al dios nacionallista como único faro de sus vidas. Estos son los firmantes de cartas alocadas.

Segundo, o te metes en el grupo de los curas silenciosos que viven su ministerio de manera sencilla y responsable, que se sienten vigilados día y noche en lo que hacen y lo que dicen.

Tercero, o tomas las de Villadiego y te exilias de aquel  lugar hasta que pase la tormenta nacionalista.

Algunos curas me han dicho que si se pusieran meter en mi maleta hubieran emigrado hasta el Sur de España conmigo, pero la obediencia a su obispo le impone mantener el tipo como puedan hasta...llegue lo que sea.

Hablando de obispos, algunos debían recibir un buen tirón de orejas, bien por su silencio cobarde, bien por sus palabras propagandistas del  separatismo y ruptura de la unidad de España.

Lo mejor, por  ahora, es encomendarse a los nuevos beatos para que rueguen por la paz en las tierras catalanas, que tantos santos y sabios sacerdotes ha dado a la historia de la Iglesia en España.

Tomás de la Torre Lendínnez