El segundo Monasterio que voy a visitar -en este reto que me he propuesto de recorrer todos los Conventos de clausura de la ciudad de Madrid- es el Monasterio de San Ildefonso de las Monjas Trinitarias Contemplativas. Y, ¿por qué he elegido este segundo Convento? Porque hace aproximadamente dos años, en radio y prensa, se habló mucho de la búsqueda y traslado de los restos de Miguel de Cervantes que yacen en la iglesia de este lugar. Sí, ¡aquí está enterrado el “padre” de Don Quijote!
El Monasterio está en la calle Lope de Vega 18, en el corazón del Barrio de las Letras, uno de los barrios más bohemios y de vida nocturna de Madrid. En alguna ocasión he paseado por esta calle, pero nunca había entrado en la iglesia. Entre semana sólo abre de 9 a 10,30h, para la misa de 9,30h., así que decido acercarme a las 9 en punto para ver la iglesia, asistir a misa y después charlar con la Madre Priora.
Me bajo en el metro de Sol, callejeo por las calles del Príncipe, la plaza de Santa Ana, calle Huertas y llego a la calle Lope de Vega. El Monasterio fue fundado en 1612 en torno a una pequeña iglesia donde Cervantes fue enterrado en 1616. El primitivo complejo fue demolido y reconstruido a lo largo de la segunda mitad del siglo XVII. Los restos de Cervantes -junto con los de otras 15 personas, entre ellas su esposa Catalina de Salazar- se trasladaron en un gran arcón a la cripta de la nueva iglesia. Ese gran arcón es el que -en 2015- se abrió y ahora reposa en un nicho de la iglesia del Convento.
La fachada del Monasterio es de ladrillo y está decorada con algunos relieves de piedra. Destaca el de la puerta principal que representa el momento en que -según la tradición- la Virgen María se apareció a San Ildefonso en la catedral de Toledo y le impuso una casulla (una de las vestiduras que se ponen los sacerdotes para celebrar misa).
Al entrar en la iglesia, me impresiona su belleza. Es un templo de planta de cruz latina y tiene una sola nave. Muy cerca de la entrada, en la pared izquierda, descubro el Monumento Funerario que indica que, en ese lugar exacto, reposan los restos de Miguel de Cervantes. En la lápida leo las siguientes palabras: “Yace aquí Miguel de Cervantes Saavedra. 15471616”. Y unos versos de “Los trabajos de Persiles y Segismunda” -una de sus últimas obras- que dicen así:
“El tiempo es breve,
las ansias crecen,
las esperanzas menguan,
y, con todo esto,
llevo la vida sobre el deseo
que tengo de vivir”.
Otro de los “tesoros” que -según me han dicho- guarda este lugar es una pequeña imagen de una María Magdalena penitente atribuida al gran escultor barroco del siglo XVII, Pedro de Mena. La encuentro a la izquierda del altar mayor, junto a un enorme Cristo muerto en la Cruz conocido como el “Cristo de la Piedad”.
La misa comienza puntual a las 9,30h. y las monjas trinitarias -tras una gran reja, también a la izquierda del altar mayor- acompañan la celebración con la música de un armonio. La letra de una de sus canciones me hace pensar en el porqué de su vida en este Convento: “Es imposible conocerTe y no amarTe. AmarTe y no seguirTe. Me has seducido Señor”.
Termina la Eucaristía y me dirijo al pequeño torno del vestíbulo que comunica la iglesia con el Convento. Me dan una enorme llave que abre la puerta de un locutorio muy pequeñito. En seguida llega la Madre Priora, Sor María Amada de Jesús. Me llama la atención su hábito y la cruz que lleva bordada en el pecho –y que he visto repetidamente tanto en la fachada del Convento como dentro de la iglesia-. “Es la Cruz Trinitaria” -me explica-. “Su significado es muy bonito. Son dos franjas. Una horizontal de color azul que representa a Jesús. Y otra franja vertical de color rojo que representa el fuego del Espíritu Santo. El fondo blanco -la tela del hábito- simboliza a la Trinidad, Dios todo, uno y trino”.
Actualmente -me dice- son 12 hermanas, 6 españolas y 6 peruanas, de 22 a 95 años y compartir una base cultural común -la española- ha facilitado la adaptación de unas con otras. Sobre su vida y misión, me aclara que -aunque en algunos lugares todavía las denominan Trinitarias “Descalzas”- realmente, tras el Concilio Vaticano II, las tres ramas de Trinitarias Contemplativas que existían: Calzadas, Descalzas y Recoletas, se unieron con una misma Regla y hábito. Por tanto, lo más correcto es llamarlas a todas “Monjas Trinitarias Contemplativas”.
“Nuestra vida contemplativa es de oración y trabajo” -continúa- “con una Regla que nos distribuye el tiempo. Nuestra misión es la oración para la glorificación de Dios y por la redención de los cautivos”. Hoy en día -me asegura- hay muchos cautivos del dinero, del sexo, de sus pasiones, de la droga. “También nos piden muchas oraciones por Venezuela y por problemas familiares. La familia es lo mejor que tenemos en el mundo y se está deteriorando. El sistema de trabajo no ayuda. No hay una vida familiar fuerte, intensa. Las personas llegan muy tarde a sus hogares”.
Estas monjas no venden dulces o artesanías, como yo esperaba, sin embargo están disponibles para rezar por todas aquellas intenciones que cualquier persona les haga llegar tanto por teléfono como acercándose al torno. “Aunque el Monasterio parezca cerrado -me indica- se puede llamar al telefonillo exterior y pasar al torno en el horario que tenemos dispuesto para ello”.
El tiempo se termina y me recomienda que escuche un programa de Radio María, muy bonito, donde hablaron de este Convento y de por qué Miguel de Cervantes decidió ser enterrado aquí. (Programa “Monasterios y Conventos” del 30/01/17. http://www.radiomariapodcast.es/programa/144/monasterios-y-conventos).
Podcast (46,3 MB): http://www.radiomariapodcast.es/pages/descargar/17719/
Fue un monje trinitario, Fray Juan Gil, el que rescató a Cervantes en 1580 de una cárcel de Argel donde estuvo prisionero durante 5 años. Tal fue el agradecimiento de Cervantes a la Orden Trinitaria que, en su testamento, pidió ser enterrado en el Convento de las Trinitarias, situado a escasos metros de su casa.
Ya en la calle, mientras me dirijo al metro, voy meditando sobre “este espíritu de agradecimiento de Cervantes” hacia aquellos que le liberaron de la esclavitud. Y, pienso que conocer a estas monjas que rezan por los cautivos de nuestros días, es un gran hallazgo. Pronto volveré a acercarme al torno a pedir algunas oraciones…
Datos de interés:
Monasterio de San Ildefonso de Trinitarias Contemplativas
C/Lope de Vega 18. Madrid 28014. Tel. 91 429 56 71
Horarios de misas a partir 1 septiembre 2017:
Lunes, Martes, Miércoles y Viernes: 8,30h.
Jueves: 19,30h.
Sábados y Vísperas Festivos: 19,30h.
Domingos y Festivos: 12h.
Exposición al Santísimo: Jueves de 20 a 20,30h.
Horarios de apertura de la iglesia: media hora antes de cada misa.
Horarios del torno: 10 a 14h. y 16 a 18,30h.
Para visitas turísticas: Llamar al teléfono 91 429 56 71 (en horario del torno). Grupos a partir de 10 personas. La visita dura aproximadamente media hora y el precio es de 2€/persona.