Año del Señor 2017
2 de octubre
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¡CON TODAS LAS LUCES ENCENDIDAS!
Ayer se notaba que estábamos de fiesta. Como era la Virgen del Rosario, la iglesia estaba llena de personas que se acercan en este día a honrar a su Madre en la Eucaristía, y luego en la procesión.
Durante la Eucaristía, me llamó la atención la cantidad de luz que alumbraba la iglesia. Habían encendido todas las luces, de un lado a otro, desde lo alto del retablo hasta el fondo de la iglesia.
A mí, que me encanta la luz, en seguida me surgió pensar: "Ya podríamos encender la iglesia entera todos los días...".
Y es que es verdad, así de iluminada está preciosa; pero en seguida me di cuenta de que encender todo el templo cuando sólo estamos unos pocos... no tiene mucho sentido. Comprendí que encienden más o menos luces en función de las personas que hay dentro.
Al llegar a esa conclusión, descubrí que esto mismo sucede en nuestro corazón. Muchas veces nos cerramos a amar, o quizá sí amamos, pero reservamos nuestro amor para unos pocos, o incluso sólo a la pareja, dejando mucho hueco vacío en nuestro corazón, y nuestra vida se queda apagada.
Sin embargo, cada vez que abrimos la puerta de nuestro corazón a un hermano, el Señor enciende una luz en nuestro interior. En la medida en la que dejo que el Amor de Cristo actúe en mí, sin cerrarme a amar, a entregarme, a acoger... en esa medida mi vida se va llenando de su Luz.
Y, cuando se encienden las luces, se puede contemplar la belleza del retablo, las formas de los arcos... Sí, es verdad, también se hacen visibles las telarañas, las manchas de humedad...
De la misma manera, cuando nosotros amamos, los demás sacan a la luz toda la belleza que el Señor ha puesto en nuestro corazón, pero también quedan expuestas nuestras pobrezas, ya no las podemos ocultar. Y es que la Luz lo ilumina todo, y sólo así podemos dar gracias por lo bueno y bendecir al Señor, y también podremos dejar en Sus manos lo menos bueno que hay en nosotros para que Él lo sane.
Hoy el reto del amor es no cerrarte a amar. No dejes que el miedo te paralice, merece todo apostar por el amor. Tan sólo se trata de que abras las puertas, Él se encargará de llenar tu corazón de nombres, y de encender todas las luces.
¿Habrá fiesta en tu corazón?
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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