Uno de esos casos curiosos del derecho internacional. Nadie que yo sepa ha propuesto la cuestión en estos términos, pero hoy me pregunto: ¿fue la Isla de Pascua española hasta el año 1888? Hagamos una cosa: yo le expongo a Vd. los hechos y Vd. decide.
La isla de Pascua es una solitaria isla en medio del Pacífico, de 163 kilómetros cuadrados, habitada por unos habitantes cuyo gentilicio es “pascuense” o “rapa nui” -que significa “isla Grande”-, nombre que dan a la isla los pobladores iniciales, de etnia polinésica, los cuales habrían llegado a la isla hacia el s. XIII, procedentes de otra isla polinésica, tal vez las Islas Marquesas.
El primer avistamiento de la isla lo habría realizado el holandés Jacob Roggeveen en 1722, que lo habría hecho en la víspera de la Pascua de Resurrección, dándole ese nombre, pero no es hasta 1770, que una expedición española que manda Felipe González de Ahedo hace algún tipo de pronunciamiento territorial, tomando posesión de la isla en nombre de España. En honor al rey Carlos III, Ahedo bautiza el islote como San Carlos y realiza los primeros levantamientos cartográficos. En sus prolijos informes aparecen ya dibujos de los moais, las célebres esculturas monolíticas, -es decir, hechas de un solo trozo de piedra-, con formas de gigantescas caras por las que la isla es conocida en todo el mundo.
Y poco más la verdad. Una toma de posesión en nombre del Rey, pero poca atención a partir de ese momento, ni siquiera para dejar sobre la isla la famosa impronta que caracterizó siempre la presencia española en cualquier lugar del mundo: la evangelización. Porque efectivamente, la evangelización de los rapa nui la comienza tan tarde como 1864 el misionero francés Joseph-Eugéne Eyraud, de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María. A él acompaña Hippolyte Roussel, de lamisma congregación, el cual realiza unos apuntes antropológicos sobre la isla y sus habitantes.
Coincidiendo con la muerte de Eyraud en 1868, se aparece en la isla un marinero y comerciante de fortuna francés, por nombre Jean-Baptiste Onésime Dutrou-Bornier, que llega a realizar una solicitud de protectorado a Francia… pero nada más. La isla sigue siendo española.
Entre 1862 y 1863, desde el Perú, marineros esclavistas realizan una serie de razias en la isla sin otro interés que el de capturar esclavos… pero nada más. La isla sigue siendo española.
El 7 de noviembre de 1868 el inglés Richard Ashmore Powell, capitán del barco HMS Topaze, se lleva de la isla el moái sagrado Hoa Hakananai’a, que hoy se exhibe en el British Museum… pero nada más. La isla sigue siendo española.
Moái sagrado Hoa Hakananai’a, en el British Museum
Es en 1888, por fin, que se produce alguna novedad en lo relativo a la soberanía del islote, cuando el presidente chileno José Manuel Balmaceda, a propuesta del capitán Policarpo Toro, decide anexionarlo al territorio nacional y envía precisamente a Toro a tomar posesión de él. Quedan por aquel entonces un centenar escaso de habitantes en la isla, de los cuales casi todos niños excepto doce adultos, exterminados, precisamente, por la lepra que había llevado a ella los misioneros franceses. Los pascuenses, representados por su “rey”, Atamu Tekena, no oponen resistencia alguna. Y eso que, a pesar de todo, los rapa nui no recibirán la ciudadanía chilena hasta el año 1966.
¿Podemos pues decir que la Isla de Pascua fue española desde 1770 y hasta el año 1888 en que por fin pasa a recaer bajo la soberanía chilena?
Queda a su criterio, amigo lector. Y entretanto, que haga Vd. mucho bien y que no reciba menos, como siempre.
©Luis Antequera