Muchos trabajadores humanitarios, voluntarios que ayudan a la población desfavorecida y necesitada, han sido y son asesinados por yihadistas,
¿Pero, por qué se ataca a los trabajadores humanitarios?
Médicos, enfermeras, ingenieros, técnicos y empleados de la Cruz Roja, todos ellos trabajadores humanitarios que ayudan a la población desfavorecida y necesitada y no toman partido por ningún contendiente, están protegidos por el derecho internacional humanitario. Sin embargo, han sido repetidamente el blanco de algunas de las peores formas de violencia perpetrada por yihadistas, como secuestros, violación grupal [Taharrush] [1] de médicos (varones) y enfermeras, y decapitación de personal sanitario y técnico. Sólo en 2016, 288 trabajadores humanitarios fueron atacados.
Ahora podemos finalmente comenzar a responder a esa pregunta. Por primera vez, los investigadores pidieron a algunos de los perpetradores que justificaran sus actitudes hostiles hacia las operaciones de ayuda. Las respuestas se publicaron en un informe anual sobre los ataques de los trabajadores humanitarios por el grupo de investigación Humanitarian Outcomes. [2]
Los entrevistadores conversaron con 40 ex miembros actuales de tres organizaciones salafistas yihadistas no afiliadas al gobierno: al-Shabab en Somalia y la red Haqqani y los talibanes en Afganistán.
Entre 2011 y 2016, llevaron a cabo el 73 por ciento de los 1.083 ataques de trabajadores de ayuda registrados. La mayoría de las víctimas son funcionarios nacionales que provienen de los países donde trabajan. Los investigadores locales de la Oficina de Enlace en Afganistán y Hikmah Consulting en Somalia trabajaron con miembros de la comunidad en diferentes provincias para identificar a los combatientes y organizar las entrevistas, realizadas por teléfono.
Una de las preguntas que hicieron: ¿Es legítimo usar la fuerza contra los grupos de ayuda? Sus respuestas revelaron una serie de motivaciones detrás de la hostilidad, así como sus puntos de vista sobre el sector humanitario. Los nombres de los entrevistados no fueron incluidos en el informe. Algunos de los combatientes acusan a grupos de ayuda de actuar como espías o de tener una agenda política:
- “Dicen que están aquí con fines humanitarios, pero lo que realmente están haciendo es espiar, medir la tierra y el reconocimiento”. – Al-Shabab ex oficial de asuntos sociales
Algunos piensan que la ayuda humanitaria es una herramienta para subyugar o humillar a la gente:
- “La comida que traen es comida caducada y traen sacos de maíz de América para socavar la producción somalí, para engañar y humillar a nuestro pueblo. El propósito es hacer que los somalíes no puedan hacer nada por sí mismos”. – Al-Shabab miembro y ex portavoz
- Otros creen que los grupos de ayuda quieren hacer valer la ideología occidental y la democracia y son anti-islam: “Algunas organizaciones están llegando para proveer servicios para nuestra gente pobre, pero algunos están viniendo para otras intenciones tales como promover la democracia occidental, que está en contra de nuestros valores islámicos y culturales.” – Combatiente talibán.
“Siempre es legítimo usar la fuerza contra los grupos si son no musulmanes y hacen cosas contra el Islam, contra nuestra cultura, contra nuestro pueblo, contra nuestra religión, contra nuestras normas y nuestro nivel de vida, contra nuestras mujeres, contra nuestros muyahidines [yihadistas], contra nuestra gente pobre, así que tenemos que usar la fuerza contra ellos, de hecho este es nuestro deber de usarlo.” – Combatiente talibán.
- Perjudicar a los trabajadores humanitarios es visto como “un beneficio para los miembros más jóvenes yihadistas que no reciben su salario regularmente”, dice Abby Stoddard, uno de los principales autores del estudio. “Dejarlos cometer la violencia de vez en cuando es una especie de pago en especie”.
“Atacar a los trabajadores humanitarios es parte de la manera de Al-Shabab de mantener a sus jóvenes soldados (yihadistas) muy motivados, no se les paga, por lo tanto se les deja … destruir y sentirse bein”. – ex comandante al-Shabab.
- Por control territorial.
- Otros es por ganancia económica, como el caso de los piratas de Somalia.
Diversos Servicios de Inteligencia, tanto españoles como de otros países occidentales, siguen los pasos de ONG musulmanas, que dependen de las aportaciones económicas de los gobiernos de Arabia Saudita y países del Golfo que utilizan el voluntariado y los programas de ayuda económicas al desarrollo pero que en realidad están enfocadas al proselitismo salafista yihadista wahabbista y otras a financiar el terrorismo yihadista bajo el manto de la beneficencia. Muchas ONG musulmanas ya han sido acusadas de financiación del terrorismo islamista como son entre otras:
Afghan Support Comité, Al-Haramain Foundation, Al Kifah Refugee Center, Al Wafa al Igatha al Islamia, Benevolence International Foundation, Bosanska Idealna Futura, Global Relief Foundation, Health and Education Project Internacional, Holy Land Foundation for Relief and Development, Human Appeal International, International Islamic Relief Organization, Interpal, Internationale Humanitäre Hilfsorganisation, Islamic Relief, Islamic Relief Worldwide, Jamaat al Dawa al Quran, Jamat al Tabligh, Maktab al-Khidamat, Muslim Aid, Society of the Revival of Islamic Heritage, Sanabal Charitable Committee, Tamils Rehabilitation Organisation, Tamil (Sri Lanka) Refugee-Aid Society of Ottawa. [3]
Nunca ha habido tradición en el mundo del Islam de organizaciones de ayuda a los menesterosos, a los necesitados de otras religiones que no sea el Islam, sólo se les ayudaba si se convertían al Islam.
Marie Juul Petersen de Open Democracy escribía ya en 2014 en su informe de Las ONGs musulmanas, la ayuda y los derechos humanos: “… Uno de los conflictos entre las organizaciones de ayuda musulmanas y el discurso de los derechos humanos gira en torno a las concepciones sobre la relación entre los donantes y los beneficiarios de la ayuda. Según el enfoque basado en los derechos [de matriz judeocristiana], la ayuda es un derecho de los beneficiarios y, como tal, la relación entre donante y beneficiario se puede concebir en términos de un contrato entre partes iguales. Las organizaciones de ayuda musulmanas, por el contrario, a menudo conciben la ayuda como un regalo para un beneficiario agradecido de parte de un donante generoso, el cual se siente obligado por un deber religioso hacia Alá y hacia la comunidad definida por la religión, la Umma. … En contraste con el énfasis en la rendición de cuentas y la institucionalización del enfoque basado en los derechos, la idea de la ayuda como un regalo fomenta una relación íntima y personal entre los donantes y los beneficiarios. … La lógica subyacente de solidaridad que da forma a una buena parte de la ayuda musulmana, y que está estrechamente relacionada con la ‘sensación de familia’. Según esta lógica, los musulmanes tienen la obligación de mostrar solidaridad y apoyarse entre ellos porque pertenecen a la misma comunidad religiosa. Esta declaración de una ONG kuwaití puede ilustrar lo anterior: La caridad es una de las herramientas más eficaces de la fe para difundir los valores de solidaridad y apoyo entre los hijos de la Umma. Los anima a permanecer unidos como un solo cuerpo; si una parte de éste sufre una dolencia, todas las demás la acompañan, y comparten la fiebre y las noches sin dormir. […]
El tercer conflicto, y quizás el más básico, entre los derechos humanos y la ayuda musulmana tiene su origen en una interpretación particular del Islam, moldeada por el resurgimiento islámico y que está presente en muchas organizaciones de ayuda musulmanas contemporáneas. Encarnado en el lema de la Hermandad Musulmana, ‘El Islam es la solución’, esta interpretación ve la religión del Islam como una solución integral no sólo para los problemas éticos y morales, sino también para los problemas económicos, políticos y sobre todo legales; lo que Bruce Lincoln, historiador de las religiones, llama una ‘religión maximalista’. Como proclama el director de una ONG jordana: “El Islam es un sistema integral: trata sobre política, ley, economía, sistemas sociales, cultura, todo. No se puede tomar solamente una pequeña parte y dejar de lado todo lo demás”.
Desde esta perspectiva, no hay necesidad de sistemas legislativos adicionales como el sistema internacional de los derechos humanos, en cuanto la ley islámica proporciona ya un conjunto integral de derechos. “Se pueden derivar derechos humanos del Islam”, afirma una mujer de una asociación caritativa jordana. En efecto, el derecho internacional en materia de derechos humanos no sólo es superfluo; también es potencialmente peligroso en la medida en que establece un sistema legal paralelo al islámico, con lo que desafía la autoridad de este último.” [4]
Y como dice el refrán español: “Piensa el ladrón que todos son de su condición”, es por lo que los salafistas y yihadistas rechazan violenta y sangrientamente a los voluntarios humanitarios no-musulmanes porque no conciben ni pueden entender que se pueda ayudar a una persona de otro credo, y que si se ayuda hay algo turbio u oscuro, agregándosele la idea que la ayuda humanitaria por parte de organizaciones no-musulmanes desafían ideológicamente el Islam.
NOTAS
[1] Taharrush jamá´i. por Eduard Yitzhak, 18 de febrero de 2016. GEES
http://www.gees.org/articulos/taharrush-jamai
[2] https://aidworkersecurity.org/sites/default/files/AWSR2017.pdf
http://www.elmundo.es/internacional/2017/08/28/59a3ff2146163fa24f8b45b8.html
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/quien-financia-al-terrorismo-islamico.html
http://www.abc.es/espana/abci-alerta-trabajo-radical-pagadas-paises-arabes-201611280204_noticia.html
[4] Las ONG musulmanas, la ayuda y los derechos humanos
MARIE JUUL PETERSEN 17 April 2014. Open Democracy
http://porisrael.org/2017/09/25/el-porque-los-salafistas-yihadistas-atacan-a-los-trabajadores-humanitarios/