Para quién quiera conocer más NARCEA EDICIONES y a su directora, pueden leer esta entrevista.
Mónica González Navarro: “Nadie dice que lo difícil no sea posible” (vidanuevadigital.com)
Entre las novedades de ENERO nos ofrecen estas dos joyas.
8 DÍAS DE ORACIÓN CON PEDRO POVEDA
Selección de textos y comentarios, Carolina Mancini
Un libro sencillo y sugerente que nos invita a encontrarnos con san Pedro Poveda. Carolina Mancini nos ofrece, a modo de itinerario, una rica propuesta de textos povedanos iluminados por una selección de textos bíblicos y acompañados por una serie de reflexiones en clave orante.
Ocho días con sus correspondientes tiempos de oración, concebidos inicialmente para una jornada de retiro, aunque se puede seguir también de modo aleatorio.
Hombre de riquísima vida interior, contemplativo y dinámico a la vez, Pedro Poveda se vio marcado por un constante ir y venir desde la profundidad de su ser al compromiso cotidiano, desde la escucha orante a la cita con los emergentes de su tiempo.
En esta síntesis mínima en diálogo con la Palabra, va una provocación a la propia experiencia orante, la más genuina aspiración povedana.
VICTORIA DÍAZ Y BUSTOS DE MOLINA. Una por todas
Mª Encarnación González Rodríguez
María Victoria Díez y Bustos de Molina (1903-1936), en proceso de canonización, hoy beata, sevillana hasta la médula, fue una excelente y simpática maestra nacional que supo aunar en admirable sintonía su vocación artística y su profesión docente, ejercida en pueblos de Extremadura y Andalucía. No salió nunca de España pero su mente, su corazón y su entusiasmo traspasaron mares y fronteras porque, crecida siempre en aspiraciones, iría hasta "el fin del mundo" para comunicar a todos el móvil de su existencia, su amor, la pasión que de por vida la acompañó.
Desde niña Victoria fue piadosa, como lo era su familia, y pronto emergió en ella una clara vocación apostólica, fruto de su consolidado amor a Jesucristo. Amable y servicial, libre y cercana a todos, atenta a los necesitados, de reconocido prestigio profesional, siendo Presidenta del Consejo Escolar de Primera Enseñanza de Hornachuelos (Córdoba), no dudó en entregar su joven vida en la madrugada del 12 de agosto de 1936 a causa de su fe.