Año del Señor 2017
15 de septiembre
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
A OJO
Cuando vamos de cocina y podemos echar el día, nos gusta preparar a las monjas alguna receta nueva.
Me encanta cuando innovamos con platos originales, pero lo que más me gusta es que siempre nos inventamos algún añadido. Claro, es que las recetas normalmente son para cuatro personas, y nosotras somos quince, y además habitualmente no tenemos todos los ingredientes que se piden en la receta... así que nos lanzamos a "ir a ojo":
-¿Cuántos calabacines pelamos?
- Pues... esos tres.
- ¿Y cebollas?
- Yo creo que con una es suficiente...
Y así elaboramos una receta personalizada.
El otro día, mientras preparábamos una de estas nuevas comidas, me acordaba de las abuelas. Nuestras grandes cocineras, que hagan lo que hagan siempre está buenísimo. Nunca he visto a mi abuela cocinar con receta. Seguramente se la sabe de memoria de tanto hacerlo, pero, aún así, estoy segura de que ellas cocinan "a ojo". Prueban el guiso y saben perfectamente qué le falta y cómo modificar el sabor.
Me encanta cocinar como ellas, así, "sin medida", sin un cálculo exacto de cada ingrediente.
Y es que así es el Amor. San Agustín dijo que "la medida del amor es amar sin medida". Pero esta entrega (que es necesaria) no quiere decir darse sin mirar nada más, ni tampoco ser tonto. Si a un guiso le añadiésemos sal, y más sal, y más sal... sería imposible de comer para nadie.
Amar sin medida es como "cocinar a ojo". El que guisa así pone en el plato todo su tiempo, su mirada, y no cesa de preguntarse "¿Qué le falta?". Sólo así puede darle lo que realmente está necesitando, y el resultado es un plato exquisito.
El Amor mira al hermano y comprende su circunstancia. Y, de la misma manera, se pregunta "¿Qué puedo añadir yo?", y sólo así sabremos cuándo el hermano necesita que se le escuche, o también cuándo necesita sencillamente que se le deje en paz, sin insistirle más. Amar sin medida es mirar al otro, conocerle y darle lo que realmente esté necesitando con total desinterés por nuestra parte.
Hoy el reto del amor es acercarte a esa persona "a ojo". Mírala, reza por ella y pregúntale al Señor qué puedes hacer tú o cómo puedes mostrarle que estás a su lado. Él, que es el Amor, te concederá querer a esa persona sin condiciones, y después te impulsará a añadir el ingrediente necesario para que el plato esté en su punto.
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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