Año del Señor 2019
2 de marzo
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA?
Durante este fin de semana estamos viviendo una Jornada Monástica con jóvenes. Para ellos tenemos un pequeño albergue junto al monasterio. Y, los días previos, lo ponemos a punto para que esté preparado.
Ayer por la mañana nos acordamos de que en la terraza faltaba una bombilla, así que la cogimos y nos fuimos para allá a toda prisa para terminar de dejarlo listo antes de su llegada.
Pero, ¡vaya! Cuando estábamos allí nos dimos cuenta de que no era poner la bombilla sin más, sino que tenía un plafón, y encima había que desatornillarlo...
-Qué desastre, no hemos traído destornillador... -le dije a Lety, un tanto alterada por la prisa.
-Espera, espera... ¡déjame ver! -me respondió ella con toda paz- ¿Dónde está el problema? No hace falta que volvamos: con un cuchillo lo tenemos todo solucionado.
“¿Dónde está el problema?”... No pude más que echarme a reír con su pregunta. Y es que es verdad, cuántas veces, ante pequeñas cosas, montamos un problema donde no lo hay, y comenzamos a lamentarnos o a bloquearnos sin darnos la oportunidad de solucionarlo de la forma más sencilla.
Jesús es genial en esto de “desmontar problemas”: ¿con cuántas preguntas como esta dejaba descolocados a sus discípulos? Como cuando les dijo en pleno descampado: “¡Dadles vosotros de comer!”. Claro, ellos, con toda razón, le dijeron: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?” (Cf. Jn 6) y, sin embargo, se fiaron: Él multiplicó los panes y pudieron saciarse todos...
O como aquella vez en que, después de una noche de duro trabajo sin pescar nada, le dice a Pedro: “Rema mar adentro, y echad vuestras redes”. Simón, más comedido que nunca, le respondió: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces (Lc 5)...
Pero todo esto no es cosa del pasado, sino que nada de lo que nos sucede es ajeno a Él. Cristo puede volverlo todo sencillo, desde la cosa más pequeña hasta el problema más trascendente. Únicamente necesita que confiemos en Él más allá de nuestra razón, para que pueda transformar nuestra vida e ir haciéndola más y más sencilla.
Hoy el reto del amor es descomplicarnos. Cuando nos acechan esos pensamientos en los que nos enredamos solos... es el momento de frenar y contar con Cristo. Recuerda que, en cualquier cosa que estés viviendo, Cristo tiene la última palabra, y siempre será una palabra de Amor para ti. ¿Confiamos en Él?
VIVE DE CRISTO
https://www.instagram.com/noviciado_dominicas_lerma/
https://www.facebook.com/Noviciado-Dominicas-Lerma-244473686123476/
http://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.