Tras siglos de ocupación otomana y a pesar de las múltiples destrucciones sufridas, el patrimonio arquitectónico cristiano en Kosovo persiste hasta hoy en día, disminuido pero testigo de la presencia cristiana en aquella tierra.
El monasterio de Gracanica, en el corazón de Kosovo, es una de las más bellas joyas de la arquitectura ortodoxa serbia. Fundado en 1321 por el rey Milutin, su estilo es bizantino y conserva hasta el día de hoy frescos de excepcional riqueza y belleza. Después de la guerra de 1999 Gracanica se convirtió en punto de reunión de miles de familias serbias expulsadas de sus tierras en todo Kosovo y hoy se encuentra en medio de uno de los mayores enclaves serbios de Kosovo.
Sin embargo las amenazas son constantes. En 2004, una larga columna de albaneses-kosovares provenientes de Pristina que se dirigían a Gracanica fue detenida y rechazada por el KFOR, las fuerzas internacionales de interposición desplegadas por la OTAN en Kosovo. En 2018, un grupo yihadista de albaneses kosovares que regresaban de los combates en Siria fue desarticulado: estaban preparando una serie de ataques contra los enclaves serbios aún existentes. Entre sus objetivos estaban Pec, Mitrovica, Prizren... y Gracanica.
Ahora, la organización Solidaridad Kosovo, ha instalado un sistema de video-protección que vigila el monasterio día y noche. De este modo se espera facilitar la vida de las monjas de Gracanica.
Esta acción se une a muchas otras orientadas a la protección del patrimonio religioso e impulsadas por Solidaridad Kosovo, como la construcción de un muro alrededor de los monasterios de Decani y Banjska y la instalación de cámaras de vigilancia alrededor de la iglesia de Laplje Selo, que por su situación, alejada del núcleo poblacional, la ha convertido en objetivo ideal para múltiples ataques.
La presión musulmana es grande en Kosovo y el silencio que mantienen los medios tremendo, pero lo cierto es que los serbios kosovares resisten. Chesterton recordaba a muchos exquisitos que podían comportarse cómo lo hacían gracias a que los serbios llevaban siglos deteniendo la expansión musulmana con grandísimos costes. Hoy las cosas no son diferentes.