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El 1 de agosto falleció en Santander el sacerdote agustino Antonio Rivas González, a los 49 años de edad, mientras practicaba submarinismo junto a un grupo de amigos, todos ellos pertenecientes a un club de buceo de Palencia. El accidente tuvo lugar cerca de la entrada de la bahía de Santander. El P. Antonio, que pasaba unos días de vacaciones, pertenecía al convento de Santo Tomás de Praga y había celebrado sus bodas de plata sacerdotales el pasado mes de junio.
Nació en 1968 en Barsinghausen (Alemania), donde sus padres eran emigrantes y profesó en la Orden de San Agustín en 1986, siendo ordenado sacerdote en 1992. Tras unos años trabajando en un colegio y una parroquia de Madrid, en 1997 se ofreció voluntario, junto con otros compañeros, para ayudar a restaurar la Orden agustiniana en la República Checa. Fue durante muchos años prior del convento de Santo Tomás de Praga y actualmente era párroco de esta parroquia situada en el barrio praguense de Malá Strana, donde la noticia ha causado una gran consternación y un hondo pesar.
Hombre de gran cultura y dinamismo, cordial y generoso, era muy conocido y apreciado por sus trabajos pastorales y sus excelentes servicios como traductor. Era licenciado en Filología alemana.
Los funerales, con la presencia del Prior General de la Orden, P. Alejandro Moral, y de tres obispos (Manuel Herrero, de Palencia, Nicolás Castellanos, emérito de Palencia y Mariano Moreno, emérito de Cafayate, Argentina), se celebraron en el tanatorio palentino el 3 de agosto, con la participación de numerosos agustinos, familiares y amigos. Fue enterrado en el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles rodeado del cariño de cuantos le conocieron.
Luis Marín de San Martín, OSA