Lo primero es lo primero, le ruego una oración por el alma de Mariano y por su familia. Hasta ayer, fue profesor, investigador y compañero de centro universitario. El Señor decidió llamarlo y ya no lo tenemos entre nosotros. Aunque llevaba mucho tiempo luchando con su enfermedad, su fallecimiento nos ha cogido por sorpresa. Gracias por sus oraciones.

La Voluntad de Dios es un Misterio que nos sorprende y nos maravilla. En estos momentos estoy leyendo el libro: “El Camino de la Vocación Cristiana” de Marko Rupnik. ¿Qué tiene que ver este libro con el fallecimiento de mi compañero? Bueno, la unión de ambas causas ha generado en mí una reflexión que deseo compartir con usted. ¿No es la muerte una llamada y por lo tanto, parte de nuestra vocación?
 
El libro de M. Rupnik relata el diálogo de un monje oriental, llamado Boguljup, con una pareja joven que tiene serias dudas sobre su vocación. Vocación entendida como llamado y Voluntad de Dios. ¿Qué quiere Dios de mí? Aljaz es un chico que tiene ciertas bases cristianas, pero que se revela frente a una Voluntad de Dios.Para él la Voluntad de Dios parece que limita la libertad que cree tener. Ella, Nusa, es psicóloga. Tiene un conocimiento superficial del cristianismo y desconfia del "lavado de cerebro" que hacen interesadamente las religiones. En el diálogo entre los tres protagonistas hay dos palabras que se repiten constantemente: amor y vocación. El monje Boguljup intenta explicarles qué es el amor de Dios con todos los problemas que conlleva utilizar una palabra que ha perdido su significado para nosotros.

Les pongo un símil que puede serles útil: al hablar a un niño de comida deliciosa ¿Qué es lo que verá en su imaginación? ¿Una golosina reluciente, llena de saborizantes y colorantes, que llena sus sentidos completamente cuando la consume? ¿Una rama de brócoli, que le ofrece alimento y salud a cambio de que lo consuma? Seguramente encontraremos que la golosina gana por goleada y cualquier objeción que hagamos será rechazada directamente. Al hablar de amor nos pasa lo mismo. ¿Qué vemos en nuestra mente? La mayoría de nosotros hemos crecido viendo la televisión y el cine desde muy pequeños. Hemos recibido un entendimiento del amor limitado a un empalagoso idealismo romántico y emotivista. Si vemos a una persona que se quita de lo que necesita para darlo a quien lo necesita más,, seguramente invoquemos otro fantasma semántico contemporáneo: la solidaridad. No seremos capaces de ver el amor en el acto de negarse a sí mismo para ser herramienta de Dios. Incluso hay quienes ven en este acto fanatismo o una oportunidad de sacar fotos y vender apariencias emotivas a los demás. Ven la "poco atractiva" rama de brocolí y proyectan sus prejuicios inmediatamente.

Nursa y Aljaz se muestran incapaces de profundizar en el sentido del amor que Boguljup les intenta mostrar. Las propias palabras de Boguljup no son capaces de sacarles de su visión emotivista-dulzona que tienen del amor. A veces incluso la refuerzan, generando desorientación y perplejidad. Se hace presente la incapacidad de comunicación de algo que excede lo que puede ser dicho y entendido con palabras y significados provenientes de imágenes previas. Boguljup se da cuenta y les solicita paciencia constantemente. Paciencia porque hay de derribar un entendimiento erróneo fuertemente arraigado. Dios nos llama y al hacerlo habla mediante el amor. Demos un paso más ¿Cómo define Boguljup a la vocación?

… estamos llegando a la primera realidad sobre la vocación: Dios nos ha creado con amor, nos lo ha comunicado, y nosotros vivimos nuestra realidad y nuestra identidad viviendo este amor de manera libre y creativa. Mientras intentamos que este amor nos atraviese, que penetre toda nuestra fibra, experimentamos nuestra unidad, nuestra identidad, que no se puede confundir con la de nadie más, ni nadie puede sustituirla. Del mismo modo, experimentamos también nuestra fragilidad, que conseguimos aceptar solamente porque es amada, porque está envuelta en la misericordia. Por esto te decía que la visión que Dios tiene sobre nosotros y con la cual nos llama a la vida no es un determinismo mecánico o matemático, sino que es una bellísima realidad de libre adhesión y realización de una identidad de la cual ni siquiera un hermano gemelo podría reemplazar una pequeña parte. ¡Que Dios nos libre de escrutar dentro del Misterio —también de éste del que estamos hablando nosotros— con las categorías de una mentalidad y de un mundo que no admiten el misterio! Y, como ya habrás intuido, el Misterio es en primer lugar esta realidad libre y personal de Dios que no puede atenerse a una mentalidad "deductiva", a una lógica causal, porque su principio es el amor libre. La creación del hombre está dentro de este Misterio...»  (M. Rupnik. El Camino de la Vocación Cristiana)

Decía la Madre Teresa de Calcuta: “Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal”, porque el verdadero amor no es un caramelo de color rosa y sabores impresionantes. No se anuncia en las televisiones. No aparece en películas y series de moda. No está presente en el marketing que nos invade. El verdadero amor, duele. El verdadero amor nace de la negación de nosotros mismos. Amamos cuando dejamos de ver por nosotros y dejamos que Dios nos utilice como herramienta en sus manos. Herramienta que se gasta y desgasta con el uso, porque recoge con humildad los dones y los transporta a quien los necesita. Hemos sido llamados por Dios con amor a transportar amor. Hemos recibido de Él tantas cosas, tantos dones. Qué hacemos con estos talentos ¿Por qué nos las ponemos humildemente en acción para los demás? En silencio, sin que la mano derecha de sepa lo que hace la izquierda. Dando con alegría, encontramos en la negación de sí mismo, la verdadera felicidad. Aquella que no se vende usando falsas sonrisas de dentífrico en shows eclesiales y no eclesiales.

Aunque la Iglesia debería ser el espacio más adecuado para que el amor se mueva, no siempre podemos hacerlo. A veces hay que trabaja fuera porque dentro despertamos resquemores y generamos dudas. Hay tantas personas que les duele la imposibilidad de ofrecer desde la Iglesia el amor recibido de Dios. Hay tantos segundos salvadores preocupados de que las apariencias, los shows y el marketing les den poder político y social. Olvidémos los problemas y centrémonos en lo sustancia: la Voluntad de Dios. 

Entonces ¿Qué debo hacer? ¿Hacia dónde ir? ¿Cuál es la Voluntad de Dios? A lo mejor tendríamos que preguntarnos qué es lo que Dios nos ha dado. ¿Qué dones hemos recibido? ¿Qué capacidades podemos compartir? Porque estos dones, talentos y capacidad, dados con negación de sí mismos y con humildad, son marcas que brillan en la oscuridad para mostrarnos hacia dónde desea Dios que nos movamos. Todo lo que hagamos, tenemos que hacerlo con amor de verdad, del que duele y cuesta.

Para terminar, estimado lector, si ha resistido leyendo todo esto, gracias. No olviden rezar por mi compañero, Mariano. Dios sabía ya que iba a dedicar un momento a rezar por su alma. Seguro que el Misterio de Su Misericordia y Justicia se hace realidad de una forma que nadie podemos conocer y comprender. ¿Por qué? Porque Dios es Amor que habita misteriosamente en todos nosotros. ¿No es la muerte una llamada y por lo tanto, parte del llamado de Dios a cada uno de nosotros? Si duda es la última llamada, el momento en que todo cobra sentido. ¿Hemos sido herramientas dóciles? ¡Gracias!
 
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. (Mt 16, 25)