Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
CIERRA LOS OJOS
Finalmente, fray Vicente (el sacerdote dominico lesionado en el Camino de Santiago), se ha quedado de reposo y oración unos días junto a la Comunidad. Como dice él mismo, ha pasado "de lesionado a capellán", y para nosotras está siendo un regalo, pues, a parte de cuidar de la gente que llega, tenemos la suerte de que predique en la Eucaristía y las Vísperas cada día.
Y en ésas estábamos: la lectura de Vísperas proclamada y llegó el momento de escuchar su predicación. ¿Sabes qué nos pidió? Que cerrásemos los ojos.
Cerrar los ojos, qué gesto tan sencillo... pero me descubrí en primer lugar mirando si el resto de monjas los habían cerrado ya (otras reconocieron haber hecho lo mismo). Al comprobar que participaban, también yo los cerré, pero me temblaban en su empeño por abrirse para cerciorarse de que todas seguían con los ojos cerrados. Y, finalmente, después de hacer un acto de confianza, pude disfrutar de la reflexión que nos planteaba.
Cerrar los ojos nos genera inseguridad, desconfianza. Y también otras situaciones nos generan los mismos sentimientos: el futuro incierto, la enfermedad, esa dificultad por la que estás pasando... Cuántas cosas nos hacen temer cerrar los ojos y que vivamos en actitud de desconfianza, envueltos en sensación de temor y de peligro.
Sin embargo, cuando logres cerrar los ojos, te sentirás libre. Cristo está a tu lado, permanece siempre y camina contigo en esta situación. Si confías en Cristo, cortarás las raíces de lo que te destruye por dentro. Si confías en que Cristo está junto a ti, sentirás que el temor desaparece. Sé niño que se abandona en los brazos de su Padre; no temas más, Él está a tu lado.
Hoy el reto del amor es que cierres los ojos confiado. No te quedes en tus miedos y, cuando te vengan, agarra un crucifijo y háblate con fuerza, diciéndote: "No estoy solo". No temas cerrar los ojos, porque Él siempre vela por ti.