Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
AUTÉNTICA PERSONALIDAD
El otro día escuché a un sacerdote que hablaba sobre el apóstol san Juan. En concreto, estaba hablando de que, después de conocer a Cristo, este joven discípulo no volvió a ser el mismo.
Un detalle de los que comentaba me llamó mucho la atención. En su Evangelio, Juan no se nombra a sí mismo como "Juan", sino que habla "del discípulo amado", "el discípulo a quien Jesús amaba"...
-Es muy sencillo -comentaba este sacerdote- pensar que Juan habla de esta manera porque se sabe "el más amado" por Jesús, algo así como el primero en la lista de favoritos... ¡Nada de eso! La realidad es mucho más profunda...
Si se llama a sí mismo "el discípulo amado", es porque se ha dado cuenta de que lo que le define, lo fundamental de su persona, lo que da sentido a su vida... ¡es que Jesús le ama! ¿Más, menos que al resto de apóstoles? ¡Qué más le da! Juan no habla de comparaciones; nos está diciendo que lo que realmente describe su persona, más aún que su mismo nombre, es... ¡¡que es amado!!-
Aquel comentario me impresionó un montón. Porque... ¿quién de nosotros se atreve a presentarse como "yo soy un discípulo amado de Cristo"?
Pero, ¿acaso no es la realidad?
Cristo te ama. Te ama con locura. Te ama y te amará siempre, independientemente de tu respuesta o de lo que hayas hecho en tu vida. Su amor es infinito e incondicional. Y, para demostrártelo, ha dado hasta la última gota de su sangre por ti para sellar así una Alianza nueva y eterna. Te promete que te amará siempre. La cuestión es... ¿te lo crees? ¿Crees en su Palabra?
Si tu respuesta es sí, entonces también podrás decir como suspiraba un santo: "Señor, saber que me amas tanto, y que no me vuelva loco..."
Hoy el reto del amor es que te escribas en un post-it "Soy discípulo amado de Cristo". Después pégalo en un sitio donde vayas a verlo a lo largo del día: en el volante del coche, en una esquina de la pantalla de tu ordenador, ¡o en la nevera! Hazte consciente del amor de Jesucristo por ti, deja que te llene de alegría... ¡y sonríe a la primera persona con quien te encuentres después de ver el post-it! ¡Feliz día!