Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
RENDIRSE NO ES UNA OPCIÓN
¿Quién no ha encontrado alguna vez por la encimera de su casa una taza que se había olvidado sin fregar ya con el fondo completamente pegado?
En el Novi nos suele ocurrir con cierta frecuencia, así que ayer por la mañana me puse a fregarlas. Era tan sencillo como remojarlas un poco y en seguida se fregaban fácilmente.
Mientras lo hacía, recordé otras ocasiones en las que tienes que utilizar agua bien caliente para limpiarlas bien y poder volver a beber en ellas. También me acordé de aquellas ollas en las que, tras pegarse algo del guiso, no hay manera de despegar lo del fondo... y tienes que poner a cocer agua con vinagre.
Pero me daba cuenta de que nadie tira una taza, un vaso o una olla porque se le haya pegado el fondo, sino que vuelve sobre ello hasta que le devuelve su utilidad primera.
Cuántas veces nos encontramos con personas que, por heridas o situaciones que han vivido, se han ido endureciendo y parecen infranqueables. Intentas acercarte y parece que nunca llegas a su corazón, que ningún gesto de amor termina de calar. Y, al final, uno acaba por darse por vencido a la hora de amar.
Pero el Señor me decía: "Si nadie se da por vencido con un vaso, no te des por vencida con una persona".
Cristo ha venido a nosotros para mostrarnos que su Amor nunca se da por vencido; al contrario, Él permanece siempre. Su Amor es el único que puede sanar nuestra vida. Él quiere llenarnos, quiere restaurar nuestra condición, devolvernos nuestra dignidad y colmarnos por completo de una felicidad desbordante de Amor.
Él nos dijo: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado", invitándonos a no dejar por imposible a nadie. Él te llena y te empuja a amar hasta el final, y a experimentar que Él se ocupará de llenar su taza, de limpiarla, y te regalará ver cómo al final toda persona se abre al amor.
Hoy el reto del amor es volver a tener un gesto de cariño con esa persona que ya dabas por imposible.