He podido vivir de cerca estos momentos, y me daba cuenta de que el dolor y el peso estaban en el corazón, pero, por encima de todo, tenÃan una paz muy fuerte.
Al llegar a la oración, vino a mi cabeza la carta de San Pablo donde nos dice que el amor no pasa nunca. En estos momentos es el amor el que perdura. Si al amor se le puede decir que deje de amar, en realidad no es amor. El amor que viene de Jesucristo es interminable, imparable. El amar a las personas que nos han dejado es algo muy bueno, es expresión de nuestro afecto por ellas... es prueba de que el amor nunca acaba. Nunca. El amor que Jesús crea en ti es inalterable. Él nos lo dice: "el que cree en mà no morirá".
Hoy el reto del amor es orar con acción de gracias por esa persona que tanto quieres y que ya no está con nosotros. No dejes que la tristeza o la soledad gobiernen tu vida; que sea el amor el que dirija tu corazón. El amor a la persona amada nunca pasa y siempre perdurará.