Suiza y la libertad de religión.
Los progres europeos en general, y los españoles en particular echarán las campanas al vuelo para denunciar la intransigencia, xenofobia, racismo e intolerancia de los suizos por el resultado del reciente referéndum en el que apoyaron la prohibición de construir más minaretes de mezquitas en el territorio del país alpino.
Y aunque la comunidad judía y las iglesias cristianas pidieron que se votara a favor de permitir levantar más minaretes, la mayoría de los suizos, y contra todo pronóstico, votaron en contra.
Pero a pesar de todos los epítetos empleados por los “progres”, e independientemente de que puedan estos ser o no ciertos, la realidad es que en los países musulmanes se prohíbe edificar sinagogas o iglesias, se condena a muerte a los musulmanes que abandonan el Islam y se convierten a otra religión, se azota al que lleva símbolos religiosos no-musulmanes [cruces, estrellas de David] y en Arabia Saudita, aquellos que se equivocan al entrar en territorio ultra-islámico de por la autopista, sólo tienen dos alternativas, o convertirse al Islam o ser decapitados.
Países en los que se azotan a los que beben alcohol, y a los solteros que fornican, y se lapidan a los adúlteros, y se ahorcan a los homosexuales.
Países en los que se emiten fatuas condenando a muerte a los disidentes, como Salman Rushdie y otros.
En estos países cada año a más de 3 millones de niñas se les extirpa el clítoris, y tantas otras barbaridades, como amputar la mano y pie a los ladronzuelos, pero los ladrones de “chilaba blanca” veranean en Suiza y en del Sol, gozando de las rameras aquí en la tierra.
Estos izquierdistas, progres de Café con keffia, que en realidad no son más que nostálgicos del Gulag y herederos de Stalin, son incapaces de emitir la menor crítica contra la intolerancia de los fieles devotos del Islam.
Todos estos izquierdistas y relativistas éticos que protestan por las opiniones de los líderes de , devienen mansos, dóciles y sumisos como corderitos ante la barbarie islámica.
Pero estos sumisos izquierdistas ante la extrema derecha religiosa del Islam consideran que cualquier crítica contra el totalitarismo y terrorismo islámico es un acto de intolerancia, xenofobia y racismo.
Lo mejor que podría acontecer a estos izquierdistas es que tuvieran que vivir años en del Islam, esto les serviría de cura.