Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
PLANTA Y TUTOR
Llegó la hora de salir a la huerta a poner tutores a los tomates. Ésta es una planta que al crecer se va haciendo fuerte; sin embargo, por el peso de las ramas y de los frutos, tiende a caerse.
Para que crezca bien es necesario ponerle tutores; es decir, unas cañas bien clavadas en la tierra, junto a la planta, para enlazar la planta al tutor y así mantenerla bien erguida.
Mientas disfrutaba realizando esta tarea y me iba acercando a cada planta para entutorarla, iba viendo más y más la necesidad que éstas tienen de un tutor. Así que le pregunté al Señor que cuál es el tutor de nuestra vida.
En seguida me mostró que el tutor son esas personas que Él nos regala, aquellas que permanecen junto a nosotros y que, al entrelazar nuestras vidas, resultan un fuerte sostén para que nosotros podamos crecer.
Pero al fijarme me di cuenta de algo importante. Y es que, sí, los tutores son el punto de apoyo para los tomates, y, gracias a ellos, la planta crece en una buena dirección; sin embargo, los tutores no pueden hacer crecer la planta, sino sólo la sabia que lleva dentro.
De la misma manera nos sucede a nosotros, pues estas personas nos ayudan, nos dan apoyo y, con ellos, nuestra vida puede tomar la dirección correcta... pero no nos pueden hacer crecer. Sólo nos puede hacer crecer la Sabia Viva, que es Cristo.
Por eso le daba gracias al Señor por los tutores que ha ido poniendo en mi vida, por esas personas que quiero y que tantas veces me han ayudado a tomar la dirección correcta y me han mostrado que en Cristo tengo toda la Sabia que necesito.
Hoy el reto del amor es rezar por tu tutor, por las personas que hacen que tu vida tenga dirección. Y da gracias a Cristo por ser Él quien hace crecer en tu vida todo lo bueno.