Sión se acercó a Lety y le preguntó:
-Lety, ¿puedes concretar un poco por dónde empezamos?
Me gustó la pregunta, pues fue sutil, pero obtuvo respuesta inmediata: fuimos conducidas a la mesa que correspondÃa y pudimos empezar a cumplir el encargo sacando los pimientos y las berenjenas. Toda mi vida viendo huertas... pero nunca me habÃa parado a conocerlas, a descubrirlas.
A lo largo del dÃa, el Señor te pone personas delante, y no por casualidad. Te pone personas con nombre, personas con dones, con frutos que podrás descubrir si te acercas a ellos, los transplantas al aire libre y les das la oportunidad de mostrarte todo aquello que el Señor les ha regalado para que tú te puedas alimentar.
Pero, para que veas esos frutos, esa verdura tan cargada de vitaminas y propiedades para tu vida, tienes que acercarte, acogerlos en tu tierra y regar tu relación con ellos.