Hola, buenos dÃas, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz dÃa.
ATRAVESANDO EL CIELO
La sala del Novi es realmente muy grande. Allà estábamos Israel y yo trabajando en una mesa, sentadas una enfrente de la otra. Se habÃa desatado una impresionante tormenta. Los truenos retumbaban por todo el monasterio cada poco tiempo.
De pronto, las dos gritamos a la vez:
-¡¡Wow, menudo rayo!!
-Pues sà que ha debido de ser enorme... -comentamos- para que lo hayamos visto las dos...
Dándole vueltas, me daba cuenta de que nosotros somos como ese rayo. En los momentos de oración, Cristo mismo nos carga con la electricidad de su amor... ¡para que podamos atravesar todo el cielo!
Efectivamente, cada persona es diferente, con gustos y aficiones distintas, a veces incluso contrarias: ¡cada uno miramos en una dirección! Bien lo sabÃa Jesús: a los pescadores los buscó en su barca; a Mateo, en su mesa de impuestos, y a los fariseos, amigos de banquetes, les acompañó en la mesa... ¡Y asà sigue actuando hoy! Se hace uno con todos, para que cada uno nos sintamos amados en nuestra realidad.